La víctima del fratricidio de Rábade tenía un golpe en la cabeza

Está previsto que su hermano, detenido por el homicidio, pase este lunes a disposición del juzgado de instrucción número 3 de Lugo

Juan Carlos Alonso Díaz, el hombre de 45 años de edad estrangulado el sábado en Rábade por su hermano José Luis, de 42, presentaba también un golpe en la cabeza. Está previsto que el presunto homicida, detenido poco después en la vivienda que ambos compartían en la Avenida de A Coruña, pase este lunes a disposición del juzgado de instrucción número 3 de la capital lucense, al frente del que está Sergio Orduña.

En el examen forense practicado a la víctima salió a la luz ese golpe en la cabeza, probablemente causado en el forcejeo que se cree que hubo entre los dos hermanos, aunque los indicios siguen apuntando a que falleció por estrangulamiento.

Los hechos se destaparon en torno a las dos y media de la tarde, cuando José Luis Alonso Díaz llamó a la Guardia Civil para avisar de que había una persona muerta en su domicilio, en el primer piso del edificio número 65 de la céntrica Avenida de A Coruña.

Manchas de sangre en una de las manos del presunto homicida, al parecer producidas por algo cortante, pusieron en alerta a los agentes del instituto armado desplazados a Rábade tras recibir ese aviso. A continuación, tras detectar signos externos en el cadáver que hacían pensar en una muerte por estrangulamiento, procedieron a la inmediata detención del alertante, que no opuso resistencia y permanece desde entonces en los calabozos de la comandancia de la Guardia Civil, a la espera de su puesta a disposición judicial, en principio este lunes.

Al haberse negado a declarar cuando se produjo su arresto, se desconocen de momento las causas que puede haber detrás de este fratricidio, que ha causado conmoción en el concello en el que vivían los dos hermanos y que continuaba acaparando este domingo la mayoría de conversaciones en la villa rabadense. Seguían impactados por que este suceso violento se produjese, además, poco después de la muerte por enfermedad de su madre, a comienzos del pasado mes de octubre. Otro hermano y el padre viven desde hace años en la capital lucense.

En el barrio en el que ocurrieron los hechos nada hacía presagiar este homicidio ya que los vecinos no eran conocedores de que los dos hermanos tuviesen una relación conflictiva.

Del presunto homicida, un exmilitar que al regresar a Rábade trabajó de forma esporádica con un maderista y ahora estaba desocupado, señalaban que era una persona poco sociable que apenas salía de su casa, pero no le habían visto comportamientos violentos.

Del fallecido destacaron que salía más y era habitual verlo pasear o de recados en negocios cercanos a su domicilio.