El servicio de Geriatría del Hula, el primero de los hospitales gallegos, tiene cada vez más pacientes que viven solos y cada vez más pacientes de mayor edad viviendo sin compañía. "En los últimos cuatro años, 20.000 gallegos más viven solos y se calcula que para 2031 serán 347.000 las personas de la comunidad que vivan solas", explica la geriatra Rocío Malfeito, que recuerda que "la soledad empeora la salud".
Cuando un mayor vive solo, según observa en consulta, tiende a comer peor. "Muchos pacientes no le ven sentido a cocinar para uno, a hacerse un plato de cuchara por ejemplo. Te dicen que comen de seco: pan, embutido... A lo mejor se hacen una sopa, pero una sopa de sobre", explica la especialista. Si se vive en familia muchas veces es precisamente la persona mayor la que cocina para todos, sin embargo.
También los hábitos de sueño tienden a descuidarse. "Puede que pase más tiempo durmiendo por la mañana porque para qué levantarse", dice. La socialización también puede resentirse, especialmente si se vive en zonas rurales aisladas, con poca comunidad. La falta de luz también influye y para muchos la costumbre del paseo se practica en verano y se abandona o reduce en invierno.
Cuestiones como el autocuidado o el seguimiento estricto de la pauta de medicación depende de la personalidad
De cualquier forma, en general la soledad y cómo te afecta, al igual que todas las cuestiones relacionadas con la salud, tienen mucho que ver con el código postal. "Cuando viene un paciente a consulta siempre les preguntamos qué hay en su ayuntamiento y les animamos a que se apunten a talleres de memoria, a gimnasia de grupo o que si salen a pasear y saben de alguien que también lo hace se unan, que salgan juntas ", explica la doctora Malfeito. Reconoce que no en todos los municipios hay ese tipo de oferta y, aunque algunos concellos rurales sí cuentan con una agenda así, otros o no la tienen o cuentan con vecinos demasiado aislados como para poder participar.
En Geriatría la historia social siempre ha estado unida a la clínica y, de hecho, en la entrevista de valoración inicial que se le hace a un paciente siempre se incluyen cuestiones sobre sus rutinas y su situación personal. "Como ahora hay trabajadoras sociales en los centros de salud, estas también conocen las circunstancias de muchos pacientes que viven solos", explica, aunque admite que puede haber casos que se les escapen.
El comportamiento de los mayores solos suele diferir por sexos. Por ejemplo, las mujeres tienden a aguantar más tiempo viviendo autónomas. "Si un señor se queda viudo y sus hijos viven lejos suelen decidir que le conviene ir a una residencia antes que si la que enviuda es una mujer. Ellas se manejan mejor en casa y están más acostumbradas a hacerse las cosas", apunta.
Cuestiones como el autocuidado o el seguimiento estricto de la pauta de medicación depende de la personalidad y, de nuevo, de dónde vivan. Hay mayores organizadísimos por tradición y los hay que se saltan tomas. "Ahora algunas farmacias envían la medicación a casa y eso también puede ser un nexo con los mayores que viven solos", dice.
