La reyerta de Adai en 2014 se salda con siete condenados a dos años de cárcel

El fiscal solicitaba 12 años de prisión para cada uno de los agresores, que atacaron a las víctimas con palos y bastones, pero rebajó una década su petición por la demora en la celebración del juicio
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photo_camera Un momento de la trifulca que se montó en la feria del caballo de Adai en 2014. PEPE TEJERO (ARCHIVO)

Se enfrentaban a condenas de doce años de prisión —por una reyerta a palos registrada en la feria del caballo de Adai—, pero tardaron siete años en ser juzgados y la demora jugó enormemente a su favor. Tanto es así que la Fiscalía lucense rebajó una década su petición inicial y los siete acusados aceptaron sendas penas de dos años de cárcel.

Los hechos sucedieron en la feria de la parroquia de Adai, en O Corgo, en el mes de julio de 2014, cuando varios de los organizadores y otros asistentes fueron agredidos a palos por un grupo de personas que protestaban porque no les habían dejado apuntarse al concurso de rodeo.

Los agresores pretendían participar en el certamen —que repartía varios premios en metálico relevantes—, pero llegaron tarde, cuando había finalizado el plazo de inscripción, y su reacción ante la negativa de los organizadores fue liarse a golpes con ellos y con todo el que se puso por medio. En el transcurso del enfrentamiento, al menos seis personas resultaron heridas de diversa gravedad, algunas directamente con heridas abiertas en la cabeza, ya que el grupo enfurecido atacó a las víctimas con bastones y palos.

Al menos seis personas resultaron heridas de distinta gravedad

El revuelo que se montó fue de tal calibre que muchos vecinos y visitantes tuvieron que refugiarse en los establecimientos de hostelería cercanos para evitar verse implicados en el altercado, que se prolongó durante un buen rato.

Varios testigos llamaron a la Guardia Civil y los agresores intentaron huir ante la llegada de los agentes, abandonando incluso sus caballos en el recinto. Sin embargo, ocho de ellos fueron identificados —casi todos unidos por lazos familiares— y acabaron imputados por varios delitos de lesiones.

Ante la Benemérita, la mayoría de ellos negaron haber participado en la pelea, aunque sí reconocían que se había producido una reyerta cuando la organización de la feria les impidió inscribirse en el concurso de rodeo y trató de que abandonaran el recinto donde se iba a celebrar la prueba. Varios de los imputados insistieron entonces en que no habían tomado parte en la pelea a palos y declararon además que no recordaban nada porque estaban bastante borrachos en ese momento.

PENAS. Finalmente, el ministerio fiscal acusó a ocho personas de cometer cuatro delitos de lesiones y dos faltas del mismo tipo, aunque por estas últimas no solicitó pena alguna, ya que han sido derogadas penalmente con la entrada en vigor de la reforma de 2015. Por cada uno de los cuatro delitos de lesiones, el ministerio fiscal solicitó inicialmente tres años de cárcel, por lo que cada uno de los acusados se enfrentaba a una pena de doce años de prisión. Se daba la circunstancia de que la solicitud de pena por parte del ministerio público era incluso superior a la solicitada por uno de los agredidos, que pedía cinco años de prisión.

La vista oral por este caso se iba a celebrar este miércoles en el Penal número 2 de Lugo, pero las partes llegaron a un acuerdo de conformidad y ya no fue necesario escuchar los testimonios de los implicados. El ministerio fiscal retiró la acusación para uno de los imputados y reconoció que concurría en este caso la atenuante de dilaciones indebidas —al haber transcurrido casi siete años desde que sucedieron los hechos—, por lo que rebajó la petición para los demás de doce a dos años de prisión.

La Fiscalía de Lugo reclamaba también que los acusados pagaran solidariamente más de 5.000 euros por diversos conceptos, como las lesiones, las secuelas y los gastos de asistencia médica. Finalmente, los siete acusados aceptaron indemnizar a una de las víctimas en la cantidad de 1.200 euros por las heridas que le provocaron y a otra en 1.500 euros por las lesiones y también por las gafas que le rompieron durante la pelea. Los agresores —que también tendrán que indemnizar al Servizo Galego de Saúde por el tratamiento médico dispensado a los heridos— se comprometieron a pagar las indemnizaciones en diez plazos.