Quejas en Arxemil al tardar 2 días una granja en retirar 8.000 aves muertas

Vecinos de este núcleo corgués ven «insoportable» el mal olor de las naves y el Concello alega que la Xunta las autorizó

Trabajos de retirada de los pollos muertos en Arxemil. EP
photo_camera Trabajos de retirada de los pollos muertos en Arxemil. EP

LUGO. Vecinos de Arxemil (O Corgo) denunciaron el lunes que una explotación avícola de ese núcleo tardó dos días en retirar 8.000 aves muertas —al parecer, por una avería del sistema de ventilación—.

Según los afectados, cuyas casas están junto a estas instalaciones, no es la primera vez que ocurre. Reclaman que el Concello intervenga ante los perjuicios que les causa esta actividad, no solo por episodios como este, sino porque en el día a día el olor es «insoportable» y se enfrentan, además, a las molestias por el trasiego de camiones en horarios intempestivos. El gobierno local asegura que no puede hacer nada porque la granja tiene autorización de Medio Ambiente. Este periódico intentó sin éxito ponerse en contacto con el propietario para recabar su versión de estos hechos.

Uno de los críticos con esta actividad es Luis Páramo. La casa de varios familiares está a apenas 20 metros de una de las dos naves en las que se crían los pollos. Según contaba el lunes, se percató de que había problemas en la explotación el sábado por la mañana. «Tivo que ser moi cedo, ao mediodía xa había moito movemento. Despois dixéronnos na Garda Civil que había 8.000 polos mortos».

Denunció que, pese a que el olor era «insoportable», las aves muertas permanecieron en la nave todo el fin de semana hasta la mañana de ayer, cuando un camión se llevó esos restos.

Luis Páramo tenía previsto presentar este martes una denuncia ante el Seprona. Según explicó, los problemas de malos olores son recurrentes sobre todo desde hace tres años, cuando la granja se amplió al crearse una segunda nave. «É a segunda vez que pasa algo así», dijo, y detalló que hace dos años los restos de 4.000 pollos muertos estuvieron 24 horas cerca de las casas hasta su retirada. Aquella vez, según los afectados, incluso estuvieron a la intemperie.

Otra vecina, Mari Carmen Platas, que también iba a poner este martes una denuncia, coincidía en ver inconcebible que se tardase tanto en actuar tras esa mortandad de las aves. Afirmó, además, que las que sobrevivieron, que fueron trasladadas también durante el domingo y el lunes, al parecer al matadero, estuvieron esos dos días en la misma nave que las muertas, una práctica que cree un riesgo para la salud. Dijo que ya puso más denuncias y se dirigió al Valedor do Pobo y al Concello, pero hasta ahora ninguna de esas gestiones ha dado frutos.

El alcalde corgués, José Antonio Ferreiro, dijo entender esas quejas en Arxemil, pero aseguró que el Concello dio en su día la licencia a la granja al «non quedar outro remedio, porque a Xunta, que é unha administración superior, deulle os permisos ambientais». «Se fose unha nova construción non os tería, pero era ampliación de algo que xa había», explicó. Por ello, instó a los afectados a dirigirse a Sanidade o al Seprona.

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