Portomarín reclama que se mantenga un nivel de agua estable en el embalse

Serrano indica que la sostenibilidad es un requisito para que la Ribeira Sacra sea bien mundial
Embalse de Portomarín. EP
photo_camera Vista de Portomarín y del embalse. EP

El alcalde de Portomarín, Juan Serrano (PP), reclama medidas de conservación medioambiental para mantener con un determinado nivel de agua y en condiciones de navegabilidad el embalse de Belesar en el municipio. También demanda compensaciones de índole económica "por ter esta presa no noso territorio", un aspecto que no se contemplaba en las concesiones otorgadas por el Estado hace más de 60 años, "cando se compraba baixo ameaza de expropiación", recalca.

Serrano entiende que la declaración de la Ribeira Sacra como Patrimonio da Humanidade, que incluye a Portomarín en su candidatura, debe aprovecharse para exigir a las empresas eléctricas "que cumpran os requisitos de fomento do desenvolvemento sostible que esixe a Unesco para os lugares que contan con esta distinción. É unha oportunidade para regular certos excesos, como o nivel de auga dos embalses".

En una época en la que las demandas medioambientales obligaron a la paralización de la producción de centrales térmicas tan importantes como Endesa, con el fin de frenar las emisiones de CO2, Juan Serrano considera "incomprensible" que se permita que el pantano de Belesar fluctúe de 0 a 100 "con excesiva frecuencia" y con los consiguientes daños de erosión y desertización cuando se seca.

Un caudal estable no solo tendría efectos positivos sobre el paisaje, sino que serviría para "por en valor o lugar con embarcadoiros, espazos axeitados para competicións deportivas e actividades de ocio", manifiesta. La cuota máxima de Belesar es de 330 metros sobre el nivel del mar y el agua suele alcanzar una altura límite de 328 metros. El puente viejo de Portomarín está a 310 metros. El alcalde precisa que bastaría con "manter a auga entre os 312 y los 328 metros".

En otros lugares, como sucede en la playa artificial de As Pontes, que se creó anegando la antigua mina de lignito, o la que se hace ahora en Cerceda, sí se mantienen flujos constantes de agua,"pero no embalse de Belesar só importa o aproveitamento económico, non a incidencia ambiental. Se o pantano funcionase como un lago estaría cheo de vida, pero non podemos estar agardando para ver se hai auga en xuño, mes no que se celebrará un campionato de España con 900 palistas inscritos", puntualiza el regidor.

El Ayuntamiento de Portomarín mantiene un acuerdo con el Fluvial de Lugo, al que le cedió el uso del Club Náutico de Portomarín, "o que nos permitiu aproveitar a instalación e atraer xente ao pobo. A nosa intención é seguir nesa liña e que o embalse sirva para xerar actividade económica", según Serrano.

DEUDA HISTÓRICA. El Concello reivindica también el pago de una deuda histórica con estos territorios cedentes de recursos naturales. "O pobo de Portomarín entregou todo a cambio de nada. Naturgy non dá nin un posto de traballo, nin xera ningún tipo de economía aquí", a diferencia de lo que sucede con los municipios donde están implantados parques eólicos o solares, las llamadas energías limpias. "Estes concellos son os primos ricos do novo sistema, pero sitios como Portomarín, que viron como anegaron as súas mellores terras, non perciben nada a cambio", agrega Juan Serrano.

La Xunta bipartita aprobó un canon verde por el daño ambiental de los embalses. Con anterioridad, la Diputación de Lugo mantuvo un largo litigio de 28 años con el Concello de Chantada por el reparto del canon energético sobre Belesar, que se cerró en 2008. "Polo menos a metade do canon que cobra a Xunta debería repercutir en actuacións medioambientais nos concellos", afirma el regidor, que planteó esta petición de compensación al conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, y al presidente de la Xunta, Núñez Feijóo.

Esta reclamación no obedece a un planteamiento cortoplacista, sino que pretende crear un debate y sumar apoyos de otros municipios para hacer realidad una solicitud con precedentes en España, "pero aínda que non os houbese sería de xustiza", concluye el mandatario de Portomarín.

Una iniciativa para diversificar la economía local
Un nivel de agua estable en el embalse posibilitaría actividades náuticas y de ocio "que lle darían máis vida ao pobo e contribuirían á diversificación dunha economía moi centrada no Camiño Francés", indica Juan Serrano. Así ayudaría a un pueblo que se vio muy perjudicado. El viejo Portomarín es una de esas villas fantasma que yacen bajo las aguas. En principio no estaba previsto anegarlo, pero finalmente se hizo realidad la ambición de las autoridades franquistas de crear el que en su día fue el pantano más grande de Europa. Poco importó que ya estuviese declarado como localidad de interés turístico, "aunque eso sirvió para salvar su histórica iglesia de San Xoán. "Moita xente tivo que emigrar e outros viron como as súas casas, os seus negocios e a súa forma de vida quedaban baixo a auga, pero cando o Concello necesitou un terreo para fins sociais tivo que pagarllo a Naturgy", recuerda el alcalde.

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