Portomarín abre el primer museo gallego de coches en miniatura

Las instalaciones se encuentran en la antigua plaza de abastos y acogen más de 1.000 modelos de automóviles a escala
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photo_camera Uno de los coches de la exposición. AÍDA SOENGAS

Portomarín inauguró este miércoles, en la antigua plaza de abastos, el Museo de la Historia de la Automoción en Miniatura, el primer centro gallego dedicado a los automóviles, en el que se exponen más de 1.000 reproducciones a escala de todo tipo de vehículos desde el año 1886 hasta la actualidad.

El museo cuenta con un pasillo de vitrinas ordenadas según la antigüedad de las miniaturas expuestas. A la entrada de la exposición es donde se encuentran las reproducciones de los primeros modelos de automóvil que hubo en el mercado y termina con una exposición de los más novedosos. Además, hay una sección dedicada exclusivamente a los distintos modelos de la marca Mini. Durante la visita, también se pueden ver más de 30 maquetas que reproducen vehículos en diferentes situaciones, paisajes y algunos de los momentos más icónicos del cine, desde Bonnie and Clyde hasta Tintín con sus respectivos automóviles.

Las instalaciones están oficialmente abiertas al público y podrán visitarse todos los días de la semana –incluidos los festivos– desde las 16.30 hasta las 20.30 horas. La entrada costará tres euros para adultos y dos para niños de hasta diez años.

El impulsor de esta iniciativa es el lucense Carlos Somoza, de 50 años, quien decidió aprovechar los antiguos locales de la plaza para exponer una gran parte de su colección de vehículos en miniatura y crear un espacio didáctico que forme a los visitantes sobre la historia del automóvil. Además de ser propietario del museo, también es dueño de la empresa Clásicos de Boda, que se dedica al alquiler de automóviles para eventos sociales. 

A01E2885AFICIÓN. La afición de Carlos por los vehículos comenzó a sus 18 años, cuandó compró su primer coche, un Mini clásico. En 1987, organizó el Club Mini de Galicia y empezó a coleccionar miniaturas de la marca, motivo por el que tiene una sección especial en el museo. Con el tiempo, empezó a adquirir otro tipo de reproducciones y coches reales, como los que utiliza para el servicio de alquiler. "Al final toda mi familia me regalaba miniaturas. Fui acumulándolas hasta que me di cuenta de que tenía más de 1.000. La mitad estaban en cajas porque no me cabían en el garaje, así que pensé que debía aprovecharlas de alguna manera", afirmó. También explicó que esta idea llevaba varios años en su cabeza, aunque el proyecto no se puso en marcha hasta marzo de 2018. 

Según el promotor, la inversión para adaptar los antiguos locales de la plaza de abastos al nuevo museo supuso un desembolso de unos 20.000 euros, mientras que el precio de las miniaturas oscila entre los 10 y 180 euros, dependiendo de su exclusividad. 

PUERTAS ABIERTAS. El acto de inauguración se celebró a las 13.00 horas de este miércoles con una jornada de puertas abiertas y pinchos. Al acto acudieron el alcalde de Portomarín, Juan Serrano, y el teniente de alcalde, Pablo Rivas, que condecoraron al promotor con una pequeña estatua como obsequio por llevar esta iniciativa a la villa. 

Durante la visita, el regidor reconoció la importancia de esta instalación e indicó que se trata de "una apuesta que tiene mucho mérito, ya que Carlos ha organizado todo con su esfuerzo y su trabajo, sin recurrir a ningún tipo de subvención pública".

"Desde el Ayuntamiento, vamos a apoyar este proyecto con uñas y dientes. Haremos lo que esté en nuestra mano para potenciar las visitas y conseguir más espacio para que la exposición pueda ser ampliada en un futuro, todo con la intención de que continue activo durante mucho tiempo", explicó Serrano.

A01E2893Al evento también acudieron visitantes de toda la provincia, entre los que sobresalió el copiloto de rallyes Diego Vallejo, amigo personal del promotor. El meirego destacó la exclusividad del material e indicó que le resultaba una iniciativa muy bien organizada: "Es muy difícil encontrar un museo de coches. Hasta ahora, el más cercano estaba en Valladolid, por lo que es genial que haya uno que cuente con tantos ejemplares y con el que la gente pueda interactuar y aprender sobre el mundo de la automoción", dijo.

En un futuro, Somoza espera poder ampliar el espacio y llevar una segunda parte del museo a la zona superior del establecimiento. "Aún guardo otro montón de miniaturas en mi casa que no cabían en el museo. También tengo más de 200 ciclomotores reales y me gustaría incluirlos en él. Sería la única exposición de ciclomotores del mundo", señaló el promotor. También añadió que, en invierno, tiene la intención de organizar rutas guiadas y actividades para incentivar las visitas de grupos de niños y mayores.

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