Un perro se come en Friol el brazo de su dueño fallecido, el reputado pintor Labajjo Grandío

Se cree que el artista lucense, que vivía solo en la parroquia de Vilafiz, podría llevar un par de semanas sin vida

Un perro devoró en Friol el brazo de su dueño fallecido, el reputado pintor Alfredo Labajjo Grandío, que podría llevar a un par de semanas muerto. El macabro hallazgo se produjo este lunes al mediodía en la vivienda del artista, situada en la parroquia de Vilafiz. Dio la voz de alarma un taxista al que llamaba para sus desplazamientos.

Este taxista, que solía llevar a Friol a Labajjo Grandío una vez a la semana, decidió acercarse este lunes al mediodía hasta Vilafiz al extrañarle no tener noticias del pintor desde hacía bastantes días. Al llegar a la vivienda, este profesional escuchó ladrar fuerte a un perro y decidió avisar a la Guardia Civil.

Cuando varios agentes de la Benemérita se personaron en la zona y accedieron al domicilio del pintor, se encontraron con su cadáver -al parecer, en el hall de entrada- y comprobaron que le faltaba un brazo. La Guardia Civil, que está investigando los hechos, no detectó ningún indicio de que se tratase de una muerte violenta, por lo que se cree que el perro, ante la falta de comida tras la muerte de su dueño, acabó devorando parte de su cadáver. Sobre el tiempo que podría llevar muerto, se baraja que fuesen esas dos semanas porque es el tiempo que el pintor llevaba sin llamar al taxista.

En Vilafiz la noticia fue recibida con conmoción. Nadie echó en falta a Labajjo Grandío porque su casa está distanciada del resto, no está en un lugar de paso y, además, el hombre no se relacionaba con el resto de vecinos.

Personal de la clínica veterinaria de Friol a la que el Concello contrató el servicio de recogida de animales se acercó hasta el domicilio del artista para capturar a su perro, que se mostraba agresivo. El Concello asumió la custodia de los cuadros que había en la casa a la espera de que familiares se hagan cargo de los mismos.

Nacido en Lugo -en Campo Castelo- en 1939, Labajjo Grandío cursó Ingeniería Industrial pero decidió aparcar esa faceta profesional para ser pintor. Vivió durante muchos años en Madrid antes de asentarse en Friol. Una de sus últimas exposiciones fue en la Casa de Galicia de Madrid. Por su trayectoria y su obra, llegó a recibir el apodo del Picasso gallego.