Ernesto Díaz Sobremazas hizo el Camino de Santiago en 15 ocasiones y llevaba más de once años gestionando un albergue en Grañón, en La Rioja. También reconoce haber sido hospitalero, desde hace 21 años, en todos los albergues por donativo del Camino Francés. "Suelo cambiar de vida cada siete años, esto del albergue se prolongó un poco más debido a la pandemia", dice. Cambios que, sin embargo, siguen las mismas huellas jacobeas, que lo han llevado a abrir el bar Peregrinatio en Portomarín.
No podía tener otro nombre este lugar que montó un madrileño que creció en Santander y vivió en lugares como Benidorm o Canarias. "Aquí vive mi mejor amigo y socio, los dos somos del ámbito de la hostelería, así que nos lanzamos a presentar el proyecto para la concesión que ofertó el Ayuntamiento en el mercado, y aquí estamos", comenta.
Maderas recicladas, puertas antiguas y murales de la tatuadora alicantina Marga Millán Mompó le dan a este bar Peregrinatio un carácter especial que les ha llevado a ponerle el apellido de Art Bar. Pero no sólo eso, sino que en él se podrán encontrar vinos "que llevan dentro oro de 24 kilates", o copas "con hielos de colores que se iluminan", según cuenta Díaz. Además, ofrecerán hasta 50 referencias de vino y el vermut Peregrinatio, una marca que él mismo registró y que es la estrella del bar. "Todos los domingos programaremos una sesión de vermú musical", indica.
Las actividades que tienen previstas no acaban aquí. El viernes tuvieron una fiesta inspirada en los años ochenta, hoy contarán con la participación del reconocido mentalista Greca de Blas y mañana acogerán la actuación a las 13.30 horas del grupo de cantareiras Maianas, de Ames.
Si tanto le gusta el Camino a Ernesto Díaz es porque él mismo no para. Sus inquietudes le llevaron a fundar en el año 2016 RTV Camino, un medio específico del Camino de Santiago que tiene emisión todo el día. "Portomarín siempre me resultó un lugar atractivo para los reportajes, porque es donde más pernoctan los peregrinos», indica. "Aunque nunca pensé que podría llegar a vivir aquí", reconoce. Pero, según lo previsto, así será durante los próximos siete años, hasta cambiar de piel o echarse, de nuevo, a caminar.