Lo negro no quiere verde

La ampliación de la LU-231 entre Friol y Palas supondrá la tala de decenas de árboles, lo que ha motivado varias alegaciones al proyecto
Uno de los tramos que se vería afectado por la tala. EP
photo_camera Uno de los tramos que se vería afectado por la tala. EP

El proyecto de la Xunta de Galicia para ampliar de los actuales cinco metros y medio a ocho la anchura de la carretera LU-231 entre Friol y Palas de Rei prevé la tala de varias filas de árboles. Este hecho ha provocado la reacción de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal), quien ha presentado varias alegaciones al considerar que algunos de estos ejemplares son autóctonos y centenarios, por lo que defiende su conservación.

La polémica está servida ya que, mientras que los terrenos que se expropiarán ya están delimitados con cintas como paso previo a las obras, desde el BNG se han hecho eco de estas alegaciones y las defenderán en el Parlamento.

Pero lo que realmente demuestra este enfrentamiento es que la mejora de las infraestructuras y la conservación del medio no siempre es fácil y, muchas veces, todo depende del cristal con el que se mire.

Para el alcalde de Friol, José Ángel Santos, la mejora de esta carretera es "unha vella reivindicación" que nació en el año 2016 y que es compartida también por vecinos de Palas de Rei y Begonte.

Para el alcalde de Friol, la polémica no debería existir, simplemente, porque los árboles afectados serán muy pocos

La LU-231 es, para estos tres municipios y también para la Xunta, una infraestructura estratégica al constituir un camino natural para unir las autovías A-6 y A-54, por lo que su mejora supondrá un gran avance sobre todo para el tráfico de mercancías.

Para Apatrigal, el aumento de anchura de la calzada no es compatible con la tala de estos árboles autóctonos que, además, "forman parte da Reserva da Biosfera Terras do Miño". Los nacionalistas del BNG han tomado como suyas estas mismas reivindicaciones y creen que la mejora de la vía "non ten por que ser incompatíbel con manter as árbores".

HABITUALES EN EUROPA. Los defensores de esta postura también esgrimen que las carreteras enmarcadas entre filas de árboles eran "moi habituales" en Galicia y que lo siguen siendo en "boa parte de Europa". Dicen, además, que este tipo de vías favorecen una conducción más pausada y relajada, aunque obvian que la cercanía de los árboles a la calzada podría suponer un grave peligro en caso de que un vehículo sufriese una salida de vía.

Para el alcalde de Friol, la polémica no debería existir, simplemente, porque los árboles afectados serán muy pocos "e en ningún caso nin protexidos nin centenarios". También remite a un informe técnico "no que queda claro" que la obra solo afecta a un 1% del total del terreno de la reserva de la biosfera.

Por eso considera "chocante" que un partido como el BNG, "que teoricamente defende o rural", utilice de esta forma "a mellora dunha infraestrutura tan necesaria".

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