El héroe friolés de la vacuna

Juan Antonio, el niño bautizado en Santa María de Xiá en enero de 1797, fue uno de los 21 expósitos que fueron embarcados en la exposición de encargada de llevar el remedio contra la viruela a América. Su historia se divulga estos días en la Fortaleza de San Paio de Narla

 

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photo_camera Asistentes a la actividad organizada este sábado en San Paio de Narla. EP

El 8 de noviembre de 1803 partía del puerto de A Coruña con dirección a América la que está considerada como la primera misión humanitaria de la historia, llevar la vacuna contra la viruela, más allá del Atlántico. En la expedición fue clave el papel que desempeñaron los 21 niños expósitos que embarcaron a bordo de la corbeta María Pita, entre ellos el friolés Juan Antonio, procedente de la inclusa del Hospital Real de Santiago. A falta de neveras en las que poder mantener el virus vivo, este lo fueron transfiriendo de un niño a otro con el objetivo de mantenerlo vivo durante toda la travesía.

El Museo Fortaleza San Paio de Narla, dentro del programa Soterradas de la Rede Museística, presenta la impresionante historia de esta expedición, dirigida por el cirujano Francisco Javier Balmis y en la que Galicia tuvo un papel fundamental, con nombres propios tan significativos como el de la enfermera coruñesa Isabel Zendal, cuyo heróico papel fue clave en el éxito de la travesía.

Esta iniciativa "é unha homenaxe e agradecemento a todos os que fixeron posible este fito histórico, a máis ambiciosa empresa médica que ningún goberno levara a cabo ata aquel momento e o primeiro exemplo dunha sanidade pública como salvagarda da saúde universal", explica el periodista Antonio López Mariño, comisario de este proyecto.

En su trabajo de investigación, López Mariño dio con los documentos que identificaban a los 21 niños que, con edades comprendidas entre los dos y nueve años, fueron embarcados para llevar el remedio contra la viruela a América. Todos ellos habían sido abandonados, por lo que su supervivencia dependía exclusivamente de la Beneficiencia.

Cuatro procedían de la inclusa de Madrid, doce de la de A Coruña y cinco de la del Hospital Real de Santiago. Entre estos últimos, Juan Antonio era el único procedente de la provincia de Lugo, concretamente, de la parroquia de Xiá, donde había sido bautizado el 22 de enero de 1797.

Juan Antonio había sido enviado a la inclusa del Hospital Real de Santiago y cuando embarcó María Pita tenía seis años

"Despois de ingresar cinco días máis tarde na inclusa de Santiago, ás tres semanas foi asumida a súa crianza por María Batallán, casada con Bentura do Couto, sendo ambos veciños de San Mamede de Rivadulla, en Vedra", explica Mariño. Seis años más tarde, la inclusa reclama al pequeño, ya que había sido escogido para transportar la vacuna de la viruela a América, para lo que fue embarcado en A Coruña el 8 de noviembre de 1803, a los seis años de edad.

López Mariño defiende que los niños embarcados para transportar la vacuna "non eran cobaias", ya que el remedio contra la viruela y su efectividad estaba suficientemente probado. "Ao contrario, foron heroes que conseguiron levar o virus da vacina vivo a América para iniciar alí unha gran campaña de vacinación", explica.

Otro hecho que destaca el comisario del proyecto es el compromiso del rey Carlos IV, mecenas de la expedición, para que una vez en América los pequeños "fosen educados e mantidos coas mellores familias". En el caso de Juan Antonio no pudo ser, porque falleció con diez años, "pero houbo outros como Francisco Antonio, procedente da inclusa da Coruña, que chegou a ser titulado universitario, sendo o primer impulsor das escolas públicas en Nueva León", explica Mariño.

Viruela: la mayor asesina de la humanidad
La viruela fue la peor epidemia a la que se enfrentó la humanidad. En el siglo II, provocó la muerte de 15 millones de ciudadanos en 15 años y cuando se puso en marcha la Real Expedición Filantrópica para llevar el remedio a América causaba 400.000 muertes anuales en Europa.

Vacuna

El descubridor de la vacuna fue el inglés Edward Jenner (1749-1823). Él observó como los hombres y mujeres que ordeñaban vacas infectadas con la variante animal de la viruela, quedaban inmunes al virus humano, más grave y mortífero. A partir de ahí intuyó que inocular el virus de las vacas —de ahí el término vacuna— a los humanos permitiría inmunizar a la población. La enfermedad quedó erradicada del planeta en 1980.

Vacunación

Carlos IV organizó en 1803 la Real Expedición Filantrópica para llevar el antídoto de la viruela desde A Coruña a los territorios del ultramar. Para mantener el virus vivo durante la travesía, el pus se trasvasaba de brazo a brazo entre los niños que formaban parte de la expedición.

Expósitos

En los años en los que se llevó a cabo la expedición, solo en el Hospital Real de Santiago se producían unos 817 ingresos anuales de niños que habían sido abandonados por sus progenitores, por lo que pasaban a depender de la Beneficiencia. Entre ellos, la tasa de mortandad era superior al 70%.

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