La romería de Penas de Rodas mantiene su poder de convocatoria 40 años después. Centenares de romeros volvieron a reunirse en este entorno pétreo, rodeado de leyendas, para disfrutar del encanto de un festejo al que no pudieron acudir en los dos últimos años a causa de la pandemia. "É a outra maxia de Penas de Rodas, capaces de convocar, de iluminar e inspirar, de servir de centro xeodésico da unión e da xuntanza", tal como destacó Pepe Peinó, el profesor alfocense que se encargó de pregonar la celebración.
Las comidas campestres en los merenderos que rodean las formaciones rocosas constituyeron el acto central de la jornada, animada también por las melodías del dúo Zafiro, la banda de música de Outeiro de Rei o el grupo Airiños da Febra. Hubo también competiciones de fútbol, juegos populares que permitieron a los romeros volver a ser niños, exposiciones de piezas artesanales y actuaciones de circo y teatro.
Pepe Peinó cantó en su pregón a esas piedras cargadas de significado como las de Penas de Rodas, "a da abalar" de Nosa Señora da Barca, en tierras de Muxía, o la "abaladoira" de Pereiro (Alfoz), sin olvidar las mámoas o los castros.
En Penas de Rodas, dijo el pregonero, surgen "lendas e historias máxicas, promotoras do mundo onírico e mítico dos seres con poderes, dos tesouros infinitos e, ao mesmo tempo, das temibles maldicións dos encantamentos, dos sacrificios cruentos e da morte". Pero Penas de Rodas, con su hermosa singularidad, se convirtió un año más en sinónimo de fiesta y de alegría.
