La falsa médica detenida el pasado lunes en A Coruña tras fingir durante años que era doctora —llegando incluso a trabajar como médico de urgencias sin título alguno— ya había ejercido en varios geriátricos sin tener la titulación, entre ellos en uno de Outeiro de Rei.
La última investigación comenzó en octubre pasado, cuando un representante de una entidad médica de A Coruña denunció a la mujer a quien habían contratado como doctora, ya que a las pocas horas de firmar el contrato se dieron cuenta de que la documentación aportada por la mujer era falsa. Para dicha contratación, la mujer aportó un título falso de licenciado en Medicina y Cirugía de una universidad en la que comprobaron que no había estudiado nunca.
No es su primer arresto por hechos similares. En febrero de 2020, la Guardia Civil ya detuvo a esta mujer, cuando solo tenía 26 años y con iniciales A.S.A. tras comprobar que había ejercido en al menos dos geriátricos como médica sin haber ni siquiera empezado la carrera de Medicina. Había sido denunciada por el Colegio de Médicos de Lugo meses antes.
Primero fue detenida en una residencia de la tercera edad de Madrid y quedó en libertad mientras era investigada por delitos de intrusismo profesional y falsedad documental y se dirimía si había existido algún delito contra la salud de las personas. Después fue arrestada en la ciudad herculina, tras no haberse presentado a declarar, a requerimiento del juzgado de Lugo, como supuesta autora de esos delitos, incluido el de delito contra la salud pública.
La mujer no llegó ni a matricularse en una asignatura de Medicina
GERIÁTRICO. Los hechos se remontan a octubre de 2019. El día 7 de ese mes comenzó a trabajar en una residencia de Outeiro de Rei con un documento de colegiación emitido en A Coruña. La dirección del centro le advirtió de que debía entregar cuanto antes la colegiación en Lugo, ya que los médicos deben registrarse en cada provincia en la que ejercen. Es relativamente frecuente que, al cambiar de lugar de trabajo, se acepte temporalmente la colegiación de otro sitio mientras se tramita la nueva documentación.
Diez días más tarde presentó en el Colegio de Médicos de Lugo los informes precisos. Como supuestamente se trataba de una persona que acababa de finalizar la carrera, aún no tenía el título de grado, por lo que hizo llegar el certificado de estudios (listado de las asignaturas cursadas) y la solicitud del título, que se considera un equivalente al propio título mientras este no se ha emitido. Todo parecía en regla y se le proporcionó un número de colegiación.
Ese mismo día pidió un talonario de recetas privadas, que son los que se usan para prescribir fármacos fuera del marco del sistema nacional de salud, tanto porque hay un ejercicio de la medicina privada o porque no es un medicamento sufragado por el Sergas.
Pasados unos días lo recogió y solicitó entonces otro, esta vez para prescribir estupefacientes.
A finales de octubre de ese año, el Colegio recibe la alerta de que esta misma mujer había trabajado como técnica de farmacia en Ferrol y que no había estudiado Medicina. También decía que, sin embargo, se jactaba de ser médica y que en sus cuentas de las redes sociales publicitaba los distintos puestos de facultativa que iba consiguiendo. Las comprobaciones del órgano colegial con la USC mostraron que esa denuncia era cierta.
La Universidad confirmó que esa persona no había estado matriculada jamás en Medicina. Se canceló entonces su colegiación y se advirtió de la situación al centro geriátrico donde trabajaba la mujer. Esta aseguró a la dirección que sí era médica y que presentaría la documentación, para lo que se le dio un plazo de 24 horas. El 6 de noviembre dejó de acudir al trabajo y de responder al teléfono.
Finalmente, a mediados de noviembre de 2019 la mujer fue detenida en Madrid, ejerciendo en una residencia. No llegó a entregar ninguno de los talonarios de recetas solicitados en Lugo.
Tenía antecedentes por los mismos hechos y un tribunal vigués le había impuesto en 2005 una pena de tres años de prisión por ejercer sin titulación en los centros de salud de Pontevedra.