Caos en Outeiro por la supresión del comedor horas antes del inicio escolar

La decisión desató el enfado en las familias y la dirección del centro educativo se plantea dimitir. La medida implica que algunos niños no puedan comer hasta las 16.00 horas
Padres de alumnos del Laverde Ruiz de Outeiro de Rei protestaron por el cierre del comedor XESÚS PONTE
photo_camera Padres de alumnos del Laverde Ruiz de Outeiro de Rei protestaron por el cierre del comedor. XESÚS PONTE

El Ceip Laverde Ruiz de Outeiro de Rei vio suprimido su servicio de comedor horas antes del comienzo del curso escolar. Esta medida, que afecta a más de 200 escolares en un centro cuya matrícula alcanza los 300 alumnos, sembró el caos en la jornada del jueves entre madres, padres, alumnado y la propia dirección del centro, que admitió estar barajando su dimisión.

La consellería comunicó la decisión a las familias el miércoles por la tarde a través de la aplicación Abalar, en un mensaje en el que aludía a la "falta de nais e pais colaboradores" como motivo de la cancelación del servicio "ata novo aviso". "Estamos abraiadas e enfadadas ante esta situación, que non nos deu marxe ningún de manobra ante a cancelación dun servizo fundamental para a conciliación", indica Montse Tobío, una de las madres afectadas.

El mensaje de la consellería terminaba indicando que el horario del autobús escolar se mantendría a las 15.15, lo que obliga a los niños que no puedan ser recogidos por sus familias a esperar por el transporte desde la finalización de las aulas, a las 14.30 horas. Este tiempo de espera también generó inquietud en el centro, pues no estaba definido cómo se encargarían los profesores de guardia de atender al alumnado en ese lapso. Según indican familiares afectados, la última parada del autobús es a las 16.05 horas, lo que retrasaría considerablemente la hora de la
comida para muchos alumnos.

La súbita cancelación vino motivada por el protocolo que la Xunta exige a las colaboradoras del servicio del comedor, que estas rechazaron al considerar que "no es viable cumplir tantas obligaciones entre tan pocas personas", según indicó una de ellas. Este documento, que conocieron a través del centro el miércoles, obliga a la división del comedor en dos turnos, con el doble de trabajo, y llevando a cabo tareas de vigilancia "que exceden nuestra capacidad". "Tampoco nos realizan la prueba PCR, ni nos aportan máscaras y guantes, lo que supone un gasto para los nueve euros que cobramos por día. Además, no estamos aseguradas, por lo que, si contraemos la enfermedad, dejaríamos de cobrar", denuncian. "Lo que pedíamos era más personal colaborador, y asegurarnos de alguna forma", añaden.

URGENCIA. Por otro lado, el decreto de la Xunta que regula el funcionamiento de los comedores también contempla la contratación de una empresa externa, por lo que las familias con las que ha contactado este medio critican que esa medida no se haya barajado, "pois non se pode cargar con toda a responsabilidade ás nais nesta situación", comenta Tobío.

La directora del centro, Noa Piñeiro, admitió que el equipo directivo estaba "desbordado" y que pensaban en la dimisión. "Organizamos todo alongando as nosas xornadas laborais, e foi un traballo perdido. Necesitamos prazos xustos", indicó.

El alcalde del municipio, José Pardo Lombao, ofreció cubrir el servicio mientras no se buscase una solución con personal municipal, y abastecer de máscaras y guantes, pero la normativa lo impide. "Queremos manter o comedor", indicó. La Consellería no se pronunció sobre esta situación, que también afectó al Ceip de Casás, en Lugo, según indicó la presidenta de Fapacel, Isabel Calvete.

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