La iglesia de Narón, una parroquia de Portomarín, vivió el fin de semana un enlace que perdurará en la memoria colectiva. La ceremonia del enlace de Iago y Lorena discurría con normalidad, pero de forma paralela un grupo de 17 personas se movilizaba fuera del templo para dar una sorpresa a los novios y lo consiguieron hasta el extremo de convertir las imágenes de la salida de la iglesia en 'trending topic' en las redes sociales, como ejemplo de boda al más puro estilo rural, con un tractor y una cosechadora como protagonistas. "No fue una boda apta para urbanitas", bromeó Aitor Besteiro, uno de los organizadores del espectáculo final.
Los novios se encontraron con la tradicional lluvia de arroz, que les caía a paladas. Les bombardearon con nada menos que 40 kilos, acumulados en una carretilla, mientras se ponían de perfil y de espalda para capear el temporal. Después del arroz, los contrayentes se vieron envueltos en una nube de cartones triturados por una cosechadora de maíz. "A verdade é que foi un aluvión de arroz e cartón. Montouse bastante gorda", agregó Aitor, quien aludió también a la gran repercusión de la iniciativa tanto en internet como en las televisiones.
@ivanfntl QUE VIVAN LOS NOVIOS ❤️
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Para redondear el acto, los novios no salieron en coche, sino en un tractor Fendt 939, propiedad de Pena Guisande, adornado con globos para la ocasión. El caballeroso novio, tractorista de profesión, aprovechó la ocasión para llevar a su chica al banquete en el impresionante vehículo. "Foi o modelo máis grande que atopamos", asegura Besteiro. Para darle aún más realce a la celebración, los amigos quemaron nada menos que 700 euros en cohetes y fuegos de artificio para anunciar el festejo nupcial en todo el contorno.
Las bromas no quedaron ahí, ya que la ceremonia tuvo un invitado singular al castrón Paquito, otro de los regalos nupciales. El animal fue paseado por el templo mientras que sus nuevos propietarios intercambiaban los anillos.
Este mismo mes, otra pareja también se desplazó en tractor tras el casorio en la parroquia de Goiriz, en Vilalba. Gracias a la iniciativa de un grupo de amigos que trajo el vehículo, el novio, Martín, pudo ver este sueño hecho realidad en su enlace con Rocío.
