José Luis Alonso Díaz, el vecino de Rábade acusado de asfixiar a su hermano, que tenía una discapacidad reconocida del 65%, se sentó en banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo, dos años después del fratricidio, y se negó a declarar.
El acusado. que se enfrenta a una condena de de diez años de prisión por un delito de homicidio, con la circunstancia agravante de parentesco, se someterá al veredicto de un jurado popular, compuesto por once personas.
El ministerio fiscal mantiene que el 23 de noviembre de 2019, el acusado, que tenía entonces 42 años, atacó a su hermano, de 45, "y le apretó el cuello hasta causarle la muerte", que se produjo por "asfixia mecánica por compresión". Posteriormente, llamó por teléfono a la Guardia Civil para comunicar que había una persona muerta en su domicilio.
El ministerio público recoge en su escrito de acusación que el presunto agresor "tenía sus facultades intactas para comprender sus actos y la voluntad para decidirse a ejecutarlos y, además, era plenamente consciente de que con su acción acabaría con la vida de su hermano".
La víctima tenía como parientes a su padre, con quien no convivía y quien no presentó ningún tipo de reclamación por estos hechos, así como otro hermano, que sí reclamó y para quien el fiscal pide una indemnización de 21.000 euros. El presunto homicida ingresó en prisión provisional el 25 de noviembre de 2019, donde permaneció hasta la actualidad.
El juicio, que arrancó este miércoles, se celebrará a lo largo de tres días, en los que declararán los agentes encargados de la investigación y los forenses.
