La prueba del Campionato Galego de Caza de Raposo, que se celebró este sábado en tecores de los municipios de Portomarín, Paradela, Guntín y Monterroso, se saldó con un total de 36 zorros abatidos, cifra muy alejada de los 356 que había autorizado la Xunta.
La disputa de la prueba reunió a unos 550 cazadores y se desarrolló sin incidencias destacables, a pesar de la presencia de cerca de medio centenar de animalistas, que intentaron boicotear algunos momentos de la competición. Los activistas también se concentraron al mediodía en las cercanías del pabellón de Portomarín, donde se celebró la comida y la posterior entrega de premios a los ganadores.
Algunas de las cuadrillas participantes decidieron a lo largo de la mañana abandonar la prueba, ya que la presencia de los activistas en el monte, provistos de silbatos y otros útiles para hacer ruido, podía desembocar en algún accidente. Además, en algún otro caso los cazadores también requirieron la presencia de la Guardia Civil para identificar a algunos de estos animalistas.
El presidente de la Federación Galega de Caza en Lugo, Francisco López, calificó de "excelente" el comportamiento de los cazadores, que en ningún momento cayeron en las provocaciones.
La presencia de activistas en el monte provocó que alguna cuadrilla abandonara la competición para evitar posibles accidentes
Francisco López también defendió la "absoluta legalidad" de este tipo de pruebas, "necesarias por la labor social que supone para el control de la especie y que cuentan también con el apoyo de un elevado número de ganaderos".
De hecho, estaba previsto que este sábado se celebrase en Portomarín una manifestación de ganaderos y cazadores en defensa de su actividad, aunque como iba a ser en el mismo lugar en donde se encontraban los animalistas, decidieron desconvocarla para evitar posibles conflictos.
En el otro lado de este polémica, casi 150 asociaciones de toda España firmaron un manifiesto en contra de esta práctica.
