A pesar de los problemas de su sucesor, Windows XP comenzó a abandonar los canales de distribución este lunes. Será una despedida lenta, a imagen de la de su creador Bill Gates, ya que no se completará hasta el 2010, cuando Windows 7, el sucesor de Vista, esté ya en el mercado.
A partir de este lunes, XP dejará de ser distribuido a los principales fabricantes de ordenadores y superficies comerciales. La idea inicial de Microsoft era abandonar XP ya el año pasado, aunque el rechazo de usuarios individuales o corporativos obligó a retrasar este plazo.
De acuerdo al plan establecido por Microsoft, a partir de ahora no se suministrarán los discos de Windows XP a tiendas para su venta a usuarios pesonales. Microsoft también dejará de suministrar el sistema operativo para que grandes fabricantes como Dell, HP o Lenovo lo preinstalen en los sistemas que venden a empresas.
Ultraportátiles, la excepción
Sin embargo, las intenciones de Microsoft chocaron con la voluntad del mercado y a la aparición de los ultaportátiles de bajo coste, que hicieron su fulgurante aparición de mano de equipos como el Asus Eee.
Estos ordenadores, colman las necesidades de muchos usuarios que buscan un equipo ligero para viajar o consultar el correo electrónico. Con precios y características mucho más reducidas que los portátiles habituales, no cuentan con los recursos necesarios para mover con agilidad sistemas como Windows Vista.
Para estos equipos, Linux o Windows XP son la solución ideal, o que llevó a Microsoft a prorrogar la distribución de Windows XP Home para estos ordenadores hasta junio de 2010.
Esperando a ''7''
Para entonces, la compañía piensa tener en el mercado al sustituto del discutido Vista, conocido de momento como Windows 7, por lo que su vida útil puede ser corta.
Poco se sabe de su desarrollo interno, aunque es probable que se revise a fondo el núcleo del sistema y se profundice en nuevas interfaces y modos de interacción con el usuario. Como no, la palabra "táctil" pretende ser una de las estrellas.
