Investigadores del IAC hallan grafeno en el espacio

Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han hallado la primera prueba de la posible existencia en el espacio de grafeno -apto para crear materiales 200 veces más resistentes que el acero- tras detectar lo que podría ser C24, una molécula plana bidimensional del grosor de un átomo de carbono.

Según indica el IAC, el grafeno es un material de extraordinaria resistencia, delgadez y elasticidad y para confirmar de forma definitiva el hallazgo de estos investigadores, que se publica en "The Astrophysical Journal Letters", habría que obtener espectros de laboratorio de C24, lo que resulta "casi imposible" con las técnicas actuales.

"Creo que nuestro trabajo animará a los expertos de laboratorio a desarrollar nuevas técnicas que permitan caracterizar ésta y otras moléculas, e incluso otras formas del carbono que podrían estar presentes en el espacio, como los nanotubos, los nanodiamantes y las cebollas de carbono", señala el director de la investigación, el astrofísico del IAC Domingo Aníbal García.

Por su alta conductividad térmica y eléctrica, el grafeno tiene prometedoras aplicaciones tecnológicas, como la fabricación de nuevos materiales y dispositivos electrónicos avanzados, como ordenadores más rápidos que los que portan transistores de silicio, pantallas de dispositivos electrónicos y paneles solares. Al ser transparente, delgado como un cabello y poder desarrollar a partir de él materiales 200 veces más resistentes que el acero, las expectativas sobre el grafeno como el material del futuro no han dejado de crecer, añade el IAC.

OTRO HALLAZGO SORPRENDENTE

En este estudio los astrofísicos del IAC detectaron además grandes cantidades de fulerenos C60 y C70 en diez nebulosas planetarias (restos de estrellas como el Sol hacia el final de sus vidas) de dos galaxias cercanas a la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes. Los fulerenos están compuestos por átomos de carbono ordenados en estructuras esféricas tridimensionales.

Sus patrones alternativos de hexágonos y pentágonos coinciden con el diseño de una típica pelota de fútbol blanca y negra, en el caso de los fulerenos C60, y de un balón de rugby, en el caso de los fulerenos C70. Recibieron su nombre porque recuerdan a las cúpulas geodésicas del arquitecto Buckminster Fuller, que tienen círculos entrelazados en la superficie de una esfera parcial.

García Hernández explica qué implicaciones tiene la detección de estas moléculas: "La presencia de moléculas tan complejas como los grafenos y los fulerenos en el espacio, alrededor de estrellas como nuestro Sol cuando son viejas, indica que los procesos físicos básicos para originar vida podrían ser más comunes de lo que creíamos, lo que sugiere que podría crearse vida en cualquier rincón del universo".

Los fulerenos podrían actuar como jaulas para otras moléculas y átomos, de modo que podrían haber llevado sustancias hasta la Tierra que habrían impulsado el comienzo de la vida. Las evidencias de esta teoría proceden del hecho de que estas moléculas han sido encontradas en meteoritos portando gases extraterrestres. "Estas moléculas complejas se formarían a partir de la destrucción por choques de los granos de carbono amorfo hidrogenados que son muy abundantes en las envolturas de estas estrellas agonizantes", dice el astrofísico del IAC.

En la observación que se había hecho de los fulerenos hasta la realización de este estudio, se creía que estas moléculas emitían luz excitadas por los fotones procedentes de la estrella central de la nebulosa planetaria. Con sus últimos trabajos han demostrado que, en contra de lo que se creía, fulerenos y grafenos se forman en entornos ricos en hidrógeno, alrededor de estrellas moribundas con un tamaño similar al Sol.

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