El Prisma de Cristal, un nuevo mirador científico en A Coruña

Los príncipes de Asturias inauguran este viernes en A Coruña el nuevo Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt), un equipamiento que ocupa el denominado edificio Prisma de Cristal, un inmueble de singular arquitectura ubicado en el paseo marítimo de la ciudad, frente a la Torre de Hércules.

El Muncyt abre sus puertas con el objetivo de exhibir piezas del patrimonio científico-tecnológico de España y contribuir a la educación y divulgación científica. Aunque la sede del centro estará en A Coruña, el museo aspira a ampliar su radio de acción y producir exposiciones itinerantes en diversos puntos de España.

Entre las piezas que mostrará, destaca una de valor histórico en el mundo de la física nuclear correspondiente al primer reactor nuclear en cadena.

Procede del patrimonio del eminente físico español José María Otero de Navascués (1907-1983) y fue donada por su nieto, Iván Otero Mayer, vecino de A Coruña.

Se trata de un bloque de grafito que formó parte del primer reactor nuclear en cadena construido en el mundo y lleva una placa con la inscripción: «Graphite from the first chain reactor. Chicago, ILL, 12-2-42». Como parte del Proyecto Manhattan, el llamado Met Lab comenzó en la Universidad de Chicago en febrero de 1942 la construcción del reactor conocido como CP-1 (Chicago Pile-1), que alcanzó por primera vez en la historia una reacción nuclear en cadena provocada por el ser humano, el 2 de diciembre de ese mismo año. José María Otero de Navascués destacó sobre todo en los campos de investigación de la óptica -donde descubrió la miopía nocturna-, y puede considerarse también como el padre de la energía nuclear en España, pues fue presidente de la Junta de Energía Nuclear entre los años 1958 y 1974.

El segundo de los objetos donados por su nieto es un retrato con dedicatoria autógrafa del físico alemán Werner Heisenberg con motivo de una visita a España en mayo de 1957. Está dedicada «al colega Otero y físicos españoles».

Heisenberg (1901-1976) fue uno de los físicos más relevantes del siglo XX, premio Nobel de Física en 1932 y autor del conocido principio de indeterminación, idea clave en el desarrollo de la mecánica cuántica y del pensamiento científico actual.

LA LINTERNA DE LA TORRE

También se podrá ver de cerca la linterna que operó en la torre de Hércules entre 1857 y 1904, que se une así a los fondos del centro donada por la Autoridad Portuaria de A Coruña. Mide 2,5 metros de altura y 1,30 metros de diámetro y su óptica está basada en lentes de Fresnel.

Las lentes de Fresnel, diseñadas por el físico francés Augustin Jean Fresnel en 1822, son un sistema consistente en una lente central convexa rodeada por una serie de anillos concéntricos de poco espesor y de sección prismática que refractan y reflejan los rayos de luz, emitiéndola como un chorro horizontal.

El director del Muncyt, Ramón Núñez, selañó que para el museo es un motivo de orgullo poder exhibir en A Coruña esta pieza que supone todo un símbolo, dado que procede del monumento más emblemático de la ciudad.

«Una función primordial del museo, además de contribuir a la educación científica de la sociedad, es recuperar, conservar y exhibir las piezas que forman el patrimonio tecnológico y científico español, y esta linterna de la Torre es sin lugar a dudas una de las primeras piezas tecnológicas de A Coruña, por lo que tiene un significado importantísimo», añadió.

La linterna podrá verse como pieza distinguida en la sala denominada Mayúsculas, en donde también se encuentran el primer ordenador que llegó a España, el primer acelerador de partículas construido de producción nacional o el proyector que pasó la última película en el cine París de A Coruña, la primera sala comercial abierta en España.

Una de las primeras estancias con las que se encontrará el visitante que acceda al Muncyt es la llamada Miscelánea, que alberga una sección dedicada exclusivamente a mostrar parte de las colecciones de otros museos de ciencia y tecnología.

En este escaparate de museos se emplaza como primera pieza de exposición el vehículo marca Citroën modelo 5CV Torpedo Cabriolet, matrícula M-15237, propiedad del Museo de Historia de la Automoción de Salamanca.

Este modelo de coche fue el primero en venderse de forma masiva en Europa, ya que respondía a las aspiraciones de su fabricante, André Citroën, de llevar a cabo una paulatina motorización del pueblo al estilo de la estrategia protagonizada por los Peugeot y los Renault.

El Ministerio de Ciencia e Innovación, titular del Muncyt, y la fundación Gómez Planche, a través del Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, firmaron un convenio de colaboración por el que acordaron el depósito de este vehículo para formar parte de los fondos.

Otro aliciente del centro es que podrá visitarse de la mano de dos simpáticos robots de última generación, que trabajarán como guías: Pepexán y Marilú.

El Lope de Vega

Una de las piezas fundamentales del nuevo museo coruñés es el morro del Boeing 747-256B de Iberia bautizado Lope de Vega. El último viaje de este avión -hacia tierras gallegas- fue por carretera, y exigió la coordinación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con las policías locales de varias poblaciones debido al ancho de la cabina.

Dos décadas de servicio

Antes de su aterrizaje perpetuo, el Lope de Vega surcó los cielos del planeta durante más de 20 años, desde el 12 de marzo de 1981 -su primer vuelo- hasta el 23 de octubre de 2003.

‘Guernica’

Precisamente, en el año de su estreno, el aparato llevó en las bodegas la más célebre de sus cargas, el ‘Guernica’ de Pablo Picasso. Finalizada la dictatura, el óleo del genio malagueño regresaba a casa desde Nueva York: era el 10 de septiembre de 1981.

Prisma de Cristal

El edificio Prisma de Cristal, que obtuvo el primer premio de la IX Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, fue construido inicialmente para albergar el Centro de las Artes de la Diputación de A Coruña, aunque posteriormente se acordó su cesión para convertirlo en Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.

23 millones

El Muncyt ha requerido una inversión de 23 millones de euros, de los que 13 han sido aportados por la Diputación de A Coruña y los 8 restantes por la administración central.


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