La NASA pierde un satélite para medir CO2

La agencia espacial estadounidense NASA perdió este martes un satélite de 273,4 millones de dólares que debía convertirse en la locomotora de un tren de observatorios orbitales para la medición del dióxido de carbono.

El cohete Taurus XL, que había partido a las 09.55 GMT de la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, en California, llevando a cargo al Observatorio Orbitador de Carbono (OCO, por su sigla en inglés), cayó pocos minutos más tarde, presumiblemente, en el océano Pacífico cerca de la Antártida, según la NASA.

''Los revestimientos de protección que envolvían al satélite como las dos conchas de una almeja no se separaron apropiadamente y eso, aparentemente, causó el fallo de la misión'', dijo en una rueda de prensa Chuck Dovale, director de lanzamientos de la NASA.

Casi una década de diseño
El OCO, resultado de casi una década de diseño, desarrollo y construcción, debía haber alcanzado una órbita casi polar sincrónica del Sol a unos 705 kilómetros de la Tierra, para recolectar mediciones globales precisas de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.

Los científicos iban a usar esa información para mejorar la comprensión de los procesos naturales y las actividades humanas que regulan la abundancia y distribución de este gas que contribuye al calentamiento atmosférico global.

El OCO, de 441 kilogramos, era el primer satélite de la NASA construido específicamente para la medición de los niveles de dióxido de carbono, y llevaba un espectrómetro de tres canales que hubieran permitido la elaboración de mapas detallados de la distribución de ese gas.

Millones de toneladas de CO2 en la atmósfera

Los científicos calculan que el uso de combustibles fósiles y otras actividades humanas emiten, cada año, 8.000 millones de toneladas de dióxido de carbono hacia la atmósfera, pero se necesitan más estudios para determinar en qué forma la vegetación procesa ese gas y cómo los fenómenos meteorológicos afectan su distribución.

Los investigadores de clima y meteorología esperaban que el OCO se pusiera al frente de un conjunto de satélites de observación atmosférica, conocido como el ''Tren A'', que orbitan la Tierra, para la obtención de imágenes tridimensionales de los cambios climáticos y meteorológicos.

Japón puso en órbita recientemente su satélite Ibuki de estudio climático que, junto con otros que ya están en órbita, podrían compensar la pérdida del OCO.

Investigación

La Administración Nacional del Aire y el Espacio (NASA), indicó que se ha formado una comisión investigadora del fallo del Taurus y el OCO.

La investigación que llevarán a cabo los técnicos de la NASA puede determinar el curso de la misión del satélite Glory, diseñado para el estudio del ambiente y los cambios climáticos, y cuyo lanzamiento, también al tope de un cohete Taurus, está programado para octubre.

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