Discográficas: ¿miran por fin hacia internet?

napster_dentro.jpg
photo_camera napster_dentro.jpg

Desde que internet se instaló en nuestras vidas, la industria discográfica vio en la red de redes la mayor de las amenazas al desarrollo de su negocio. Por primera vez en la historia de la Humanidad, personas de cualquier lugar del mundo se pudieron intercambiar todo tipo de información en cuestión de instantes, incluida la música.

Esto, que a simple vista parece un hecho genial, colocó a la industria discográfica en una posición difícil que tardó en digerir. A medida que pasaron los años, para mayor desgracia de sus intereses, fueron apareciendo todo tipo de herramientas para compartir archivos.

La legalidad del P2P
El 'peer to peer' -P2P- se convirtió en algo de lo más habitual. Palabras como Napster o eMule comenzaron a ser, primero populares, y luego de lo más común, pues todo el mundo hacía uso del protocolo.

Sobre si estas prácticas son legales o ilegales han corrido ríos de tinta. Ni los propios artistas se ponen de acuerdo. Algunos de los 'grandes', acostumbrados a ingresar suntuosas sumas de dinero provenientes de las ventas de sus trabajos, no lo veían con buenos ojos.

Mientras que los 'pequeños', para los que los gastos de distribución de su obra eran un obstáculo muchas veces insalvable, encontraban en internet una manera gratuita de distribuir su trabajo que les permitía incrementar sus ingresos en los conciertos, pues a través de internet se hacían más conocidos.

Las reglas del usuario

Pero lo cierto es que esta pugna entre  internautas, artistas pro-descargas y artistas anti-descargas se viene librando en el marco de un campo al que ya es imposible ponerle puertas: internet. Los usuarios y sus prácticas -al menos en España, claramente inclinadas  a la descarga ilegal- dictan las reglas.

A pesar de ello, a lo largo y ancho del planeta se reproducen los intentos para atacar a la piratería a través de internet por diversos flancos. Por parte de los proveedores de servicios de internet, de los Gobiernos de algunos países, de las asociaciones de artistas, etc.

Todos tratan de afear la conducta de los usuarios en algún momento. Incluso estos días estamos pudiendo ver en todos los medios la campaña del Minsiterio de Cultura del Gobierno español 'Si eres legal, eres legal' .

Reorientar la industria
Mientras tanto, la industria viene buscando vías para encontrar de nuevo un norte económico que parece haber perdido por el camino. Tras pasar el último medio siglo perfeccionando el mismo modelo de negocio, la aparición de internet como una variable que influía directamente en sus cuentas de resultados la sumió en un estado de shock que duró varios años.

Tras reponerse, poco a poco, fueron tomando cartas en el asunto. Pero el intento más serio no salió de la propia industria, sino de Apple, quien con su iTunes Store -la tienda de música online- buscaba nutrir legalmente los millones de iPod’s que vende con canciones a menos de un dólar.

La idea contentó a la industria, que ahora encontraba una vía popular para vender las canciones de sus catálogos, a los artistas, que podían vender rarezas y conciertos además de sus trabajos editados,  y a los usuarios, que a golpe de ratón pudieron comprar canciones sueltas a un precio razonable.

Aunque las ventas del iTunes Store no dejan de subir -un 34 por ciento en 2008-, lo cierto es que no pueden competir contra la gratuidad que la inmensa mayoría de los usuarios siguen eligiendo a la hora de 'adquirir música' en internet. Por lo que la industria discográfica sigue sin estar del todo contenta con el rumbo del negocio.

Experimentación económica
De hecho, en los últimos meses estamos viendo experiencias que seguramente, para la industria, entran dentro del campo de la experimentación económica, mientras que para los usuarios suponen una nueva etapa de apertura en lo que se refiere al acceso a la música online.

Parece que la industria quiere que pague quien ofrece la música, no quien la consume. Por tanto, sus nuevos clientes serían compañías de telefonía, proveedores de servicios de internet...

Hace poco tiempo vimos como oogle pagaba más de un millón de dólares por ofrecer a través de YouTube los vídeos de Avril Lavigne. En el Reino Unido, Nokia ofrece a sus clientes el móvil que 'viene con música', un servicio asociado a varios modelos de teléfono que permite la descarga ilimitada de música entre un catálogo de más de cinco millones de canciones. Unos hacen más completo su producto, otros cobran por este valor añadido.

  • Piratería masiva
    El 95 por ciento de la música que circula a través de internet es ilegal. Nada menos que 40 mil millones de canciones en 2008 según IFPI
  • Napster
    Nacido en 1999 para compartir música en MP3 fácilmente, se convirtió rápidamente en un icono de la cultura popular de Occidente. Fue el primer programa 'peer to peer' eficaz para compartir música a nivel global.

    La reacción de la industria no tardó y desde 2000 la plataforma comenzó a ser denunciada por las disccográficas. Sus usuarios se contaban por millones hasta que, tras un largo periplo de juicios, fue cerrado para su uso 'fraudulento' en 2002.

    Hoy la plataforma pertenece a Best Buy, quien la compró por 121 millones de dólares
  • iTunes
    Es el programa creado por Apple que permite a los usuarios tanto de PC como de Mac reproducir, organizar y comprar música en el iTunes Store con la que luego pueden nutrir sus reproductores MP3.

    La herramienta se concibió para servir de puente entre las discográficas y los iPods, permitiéndole a sus usuarios llenarlos con música legal, teniendo a la industria contenta y, sacando a la vez Apple su propio beneficio. La idea ha sido un éxito, en 2008 la facturación de la tienda ascendió a 3.340 millones de dólares.
  • Radiohead
    La banda británica tomó su propio camino contra la piratería al publicar su último disco -In Rainbows-  en internet tres meses antes que en las tiendas. ¿Su propuesta? La descarga del disco a cambio de la voluntad

    La banda calificó el experimento como un 'éxito'. Dicen que la donación media rondó los seis euros. Fuentes oficiales confirman que la cantidad de dinero ingresada por esta nueva vía fue mayor que el total ingresado con su anterior trabajo, 'Hail to the Thief'.
  • Spotify
    El último grito en acceso a catálogos musicales en la red de redes es Spotify. Un servicio gratuito que permite acceder a una colección de música de millones de títulos que se pueden escuchar al instante, sin necesidad de descargarlos y a un simple golpe de ratón.

    La herramienta permite la creación de listas de reproducción que podrá escuchar una y otra vez, además de compartirlas. Pruébelo.

Comentarios