Valentín Patricio Cándido José Martínez Montenegro

Cándido Martínez, el diputado eterno

Hace 120 años, el de Mondoñedo muere en Madrid y es despedido con una coplilla humorística 

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El Progreso 22/12/19

SE CUMPLIERON AYER los 120 años de la muerte de Valentín Patricio Cándido José Martínez Montenegro (Mondoñedo, 1831), de nombre político Cándido Martínez,  que durante casi tres décadas fue representante del distrito mindoniense en el Congreso de los Diputados y cuya desaparición origina un cataclismo en las estructuras de los liberales y de los conservadores, propio de tan largo período con el acta en sus manos, pues sale triunfante en doce convocatorias electorales seguidas.

Después de nacer en la Praza da Catedral, estudia con excelentes calificaciones en la Universidad de Santiago y se convierte en el juez municipal en Mondoñedo, antes de ser diputado. En Madrid pasa por Fomento, director general de Correos y Telégrafos, consejero de Estado y vicepresidente del Tribunal de lo Contencioso.

Tiene éxitos profesionales muy relevantes, como prueba el hecho de ser reclamado desde Andalucía para pleitear en un caso de relumbrón. De él comentan que ama Mondoñedo por encima de todo, “aunque se equivoque en los procedimientos”.

Durante una época, mucho antes de fundar El Progreso, Purificación de Cora es uno de sus hombres fuertes en la provincia, aunque en el momento de su muerte no le alcanza la polémica, como sí a Pidal y a Bengoechea, el de Ribadeo, que en ese momento no sabe que va a morir, a tempranísima edad, el año siguiente, en 1900.

Le llamaban Chambriles, porque sus piernas arqueadas hacia adelante le recuerdan a alguien el palo, o chambaril, del que se cuelga el cerdo tras la matanza. O quizás porque a alguno de sus enemigos políticos le gustaría verlo en tal situación. Lo cuenta Patricio Delgado Luaces, alias Xan de Masma, en su novela “A besta”.

El concello le da su nombre a la antigua calle de Batitales Baja, pero después se la quita en beneficio del cronista Lence Santar, que allí tuvo su domicilio familiar y allí ve morir a su madre. Menos mal que también lo nombra Hijo Predilecto y de ese homenaje no lo apea.

Cándido Martínez es autor de una frase muy repetida por otros políticos en su época, pero que valdría al dedillo para ser pronunciada hoy, ya que el de Mondoñedo mantiene que: “A Cataluña todo se le da sin pedir, y a Galicia todo se le niega reclamándolo y necesitándolo”.

Bueno, ahí queda para que 120 años después de su muerte pueda servir para la reflexión.

Pero si por un lado, la muerte de Cándido Martínez abre una riada de disputas, “cuando todavía hay calor en su rostro”, como escriben en El Correo de Lugo, donde se le apoya, el colofón de su vida también da origen a un chascarrillo poco conocido en Mondoñedo, quizás porque en aquel momento se piensa que es indecoroso, ¡y mira que se decían cosas los rivales políticos!
Ocurre que el día siguiente a su fallecimiento el 21 de diciembre de 1899 _ es decir hoy, 22 de diciembre _, el Diario publica la siguiente noticia: ”La enfermedad que venía sufriendo el distinguido difunto don Cándido Martínez, ha tenido un funesto desenlace en la tarde de hoy. El señor Martínez ha fallecido. Representaba desde hace algunos años el distrito de Mondoñedo en el Congreso”.

Los periodistas republicanos de El Combate no necesitan más elementos para componer unos chistosos versos que cantan así:

“Dice El Diario compungido
(y risa da tal asunto) 
que en Madrid ha fallecido
un distinguido difunto. 
¡Vaya un caso extraordinario
que explicarme no he podido!
¿Muerto y después fallecido?
Que nos lo explique El Diario”.

Las risas llegan a donde pone Toledo, y eso, a orillas del Masma, no gusta ni a tirios, ni a troyanos.
 

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