Teresa Luzzatti Quiñones

Teresa Luzzatti, la feminista de derechas 

Hija de un ingeniero italiano del ferrocarril, dedica su vida a la promoción de la mujer y es asambleísta de Primo

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El Progreso 01/02/2022
 
SU PADRE FUE un auténtico niño prodigio que a sus 20 años ya es ingeniero de Caminos, por lo que tienen que hacerle un título a la medida con dispensa. Su trabajo lo trae a Galicia para realizar el trazado del ferrocarril Madrid-A Coruña, y después, el de Villafranca a Ribadeo.

Gustavo Luzzatti Dal'Pozzo nace en Údine, dentro del Friuli-Venecia Julia. Es hijo de un héroe de la guerra de la Independencia y de una condesa. Construye el túnel de San Gotardo y se viene a Ponferrada para casarse con Margarita Quiñones y de Armesto.

Hacia finales de la década de los ochenta llega a la ciudad de las murallas, donde nace su hija Teresa Luzzatti Quiñones (Lugo, 1889), la segunda de los seis que tiene el matrimonio. Lo hace el día de San Froilán de ese año como prueba de lucensismo.

En la Revista de España, Gustavo publica el año 1891 un artículo premonitorio, titulado ´Accidentes en ferro-carriles´, ya que cuando cumpla sesenta de edad, él mismo morirá en uno que sucede en Busdongo.

Teresa va a recibir la mejor educación posible, en España y en el extranjero, aunque a ella, decidida impulsora de la formación de la mujer, siempre le parecerá poca.

Antes de su aparición como personaje público, se casa el año 1907 en Santiago con el capitán de Caballería Jovino López Rúa, con quien tendrá cinco hijos antes de fallecer este en 1917. Afianza entonces su amistad con la familia del escritor Victoriano García Martí, con la que pasa largas temporadas en su finca de Pobra do Caramiñal.

La viudedad también le abre las puertas del Círculo de estudios de Acción Católica de la Mujer, para el que escribe sus primeros trabajos sobre el sufragio femenino, la sindicación obligatoria y la enseñanza profesional, antes de ser nombrada secretaria.

Se involucra cada día más en la lucha por la promoción de la mujer, interviene en la Academia de la Jurisprudencia y asiste a cuantas asambleas y congresos se celebran sobre el tema.

En 1926 Primo de Rivera la nombra una de las trece mujeres asambleístas,   con María de Maeztu y Blanca de los Ríos, entre ellas. Posteriormente, es presidenta de los Comités paritarios femeninos, pero su fe católica le cuesta ser destituida en la república. “Lo de menos es mi perjuicio. Lo lamentable es la supresión absoluta de la subvención que tenían nuestras clases obreras”.

La república le defrauda profundamente: “Estamos viviendo una época, en la que son atropellados los más sagrados derechos de un modo tan arbitrario y absurdo que si esto es política, la considero odiosa e indeseable”.

Frente a las elecciones teme que muchas mujeres se abstengan, pues para ella es fundamental la participación femenina en la política.

Cuando a la escritora Pilar Millán Astray le preguntan en una revista qué gobierno femenino formaría, responde colocando a Teresa al frente del Ministerio de Educación, tan identificada está la mujer con esa labor. Pilar Careaga iría a Fomento y ella misma se ve en Gobernación.

Durante la guerra debe guardar cama a causa de la diabetes que padece y la enfermedad le libra de la persecución a la que la somete el Frente Popular. No es la única perseguida de su familia. Recientemente, el nombre de su hermano Jerónimo Luzzatti, asesinado en 1936, se ha visto incluido en la lista negra valenciana de Memoria Histórica arrebatándole su calle.

Es directora de la Universidad Profesional Femenina de Madrid _ en el cromo _, que ella misma había fundado e impulsa el voto femenino. Primo le regala un estanco y dos despachos de lotería.

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