Santiago del Valle Chousa

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110 lucenses singulares  

Cada vez que Santiago del Valle me cuenta sus expediciones a Vilcabamba la Grande, la capital perdida del último reino inca, revivo con emoción las mismas sensaciones que los amigos de Heinrich Schliemann cuando le escuchan hablar de Troya.

O los de Howard Carter, cuando les narra confidencias de Tutakamon, como hicieron tantos otros que un día soñaron con una aventura imposible, de ésas que se plantean también los guionistas de Indiana Jones, pero con la ventaja añadida de que no son héroes de ficción, sino exploradores de la historia.

Ahora mismo Santiago se encuentra en tierras peruanas y espero su regreso para oírle los avances de esta nueva incursión en los secretos incas que hace la número catorce de las organizadas por él, si no me falla la cuenta. Su objetivo, ya decimos, es completar la localización y puesta en valor de los restos de Vilcabamba la Grande, iniciado en 1997 con la historiadora María del Carmen Martín Rubio para seguir los pasos del cronista incaico Juan de Betanzos en base a documentos y crónicas de los siglos XVI y XVII.

Después de tanto viaje, los lugareños tratan al lucense de Doctor Santiago, y  yéndole, da la sensación de que en cualquier momento un Stanley tropezará con él en medio de la selva y repetirá la célebre frase «Doctor Santiago, supongo». La Sociedad Geográfi ca Española ya se ha dado cuenta de la importancia de sus expediciones y en 2008 lo premia con la distinción del Viaje del Año. En la misma edición la SGE honra al antropólogo Claude Lévi-Strauss, que morirá el añosiguiente, al biólogo Javier Castroviejo, hijo del escritor José María Castroviejo, al fotógrafo Alberto Schommer, al geólogo Jerónimo López, y a las prestigiosas guías de viajes Lonely Planet. Ahí es nada.

    A Santiago se le veía afán por elconocimiento en su vocación periodística. En lo de la aventura tiene mucho que ver su padre, José del Valle Vázquez, gobernador civil de Lugo, que organiza con sus hijos largas caminatas por Ancares para que se les ensanchen los pulmones y no pierdan de vista los amplios horizontes de la naturaleza, que en las ciudades suelen ser cortos y acementados.

La protohistoria de su aventura está protagonizada por el famoso arqueólogo de Honolulu, Hiram Bingham, que en 1911 busca Vilcabamba la Grande cuando encuentra Machu Picchu. A Bingham, como aSantiago, su padre lo ha aficionado de niño al montañismo, lo que se revela como fundamental para el éxito de su investigación. Y no es el único paralelismo entre ellos.

Vilcabamba la Grande fue incendiada por orden de Tupac Amaru ante la inminente llegada de los españoles en 1572. Las referencias de la época la sitúan en un territorio escarpado de difícil acceso. Posteriormente, los españoles fundan San Francisco de la Victoria de Vilcabamba, o Vilcabamba la Nueva, en un lugar más accesible. La antigua población cae en el olvido.

Durante el siglo XIX arranca el interés por localizarla y así en 1834, el conde Eugene de Sartigni visita Choqquequirao y trece años mas tarde, en 1847, Françoise Angrand afirma que se trata de la capital del reino Inca de Vilcabamba. Eso piensa también el italiano Antonio Raimondi cuando visita el lugar en 1865. Pero en 1909 el historiador peruano Carlos Alberto Romero, que estudia documentos del siglo XVI, prueba que Choqquequirao no es Vilcabamba la Grande; y que la capital inca perdida tiene que estar más al norte, en un lugar desconocido al que se llega remontando el valle del río Vilcabamba.

El citado Hiram Bingham acomete en 1911 su exploración, pero se topa con Machu Picchu, Vitcos y Ñusta Ispana. Visita Espíritu Pampa y durante varios años explora varias zonas de Vilcabamba, aunque no todo el territorio en la zona oeste del distrito. Luego se registran las del norteamericano Gene Savoy en 1963 y en 1987 se hace público el hallazgo de la doctora Carmen Martín Rubio de la Suma y Narración de los Incas, escrita en el siglo XVI por el cronista Juan Díez de Betanzos, en los archivos de la fundación Bartolomé March en Palma de Mallorca. Y ahí se engancha Santiagoplatafordel Valle a la búsqueda.

En los inicios de esta obsesión por Vilcabamba, hace ya más de veinte años, consiguen identifi car los restos incas de Aucaypata, el espacio ceremonial inca en Pampaconas, «que nos permitió ubicar el emplazamiento de la ciudadela inca de este nombre, donde se preparó el ataque final para conquistar Hatun Vilcabamba, o Vilcabambala Grande». Santiago lo recuerda una y otra  vez en sus conferencias, o sea, durante los meses que median entre una expedición y la siguiente, cuando ha de llevar a cabo los trabajos más ingratos que le permitan financiarlas. 

    Nos aprovechamos de su relato escrito, entre otras razones, porque es el propio Santiago el que nos remite a él para una mayor exactitud. «Desde entonces hemos reconstruido, paso a paso, la ruta que siguió el ejército español que conquistó la capital del último reino inca independiente. A las órdenes de Martín Hurtado de Arbieto el ejército se puso en marcha desde Pampaconas en día 16 de junio de 1572. Avanzaron hasta el valle del río del mismo nombre, combatieron para conquistar las fortalezas de Machu Pucara y Wayna Pucara y llegaron al pueblo de Marcanay el 23 de junio».

«Desde Marcanay, durante la noche, vieron el resplandor del incendio que los incas habían provocado para destruir Hatun Vilcabamba, ante la inevitable llegada de los españoles. Al día siguiente, 24 de junio, los españoles entraron en Hatun Vilcabamba a las diez de la mañana, todos a pie, porque el terreno no permitía el uso de los caballos».

«Hemos reconstruido la ruta del ejército español por el valle del río Pampaconas, y el difícil paso de Chuquillusca, que identificamos con el actualmente conocido como paso de «Roca». A continuación contrastamos sobre el terreno la documentación del siglo XVI e identificamos la ubicación de Patibamba y las fortalezas de Wayna Pucara y Machu Pucara, donde tuvieron lugar los últimos combates».

«En el valle de Patibamba se conservan los restos de una población inca abandonada, que no estaba registrada en el catastro arqueomaslógico del distrito. Los pobladores la conocían como Marcana y es lo que queda de la antigua Marcanay, donde el ejército descansó la noche anterior a su entrada en Vilcabamba la Grande. Desde allí vieron el resplandor del incendio provocado por los Incas antes de abandonar su último refugio, Hatun Vilcabamba. Así pues, sabíamos que estábamos ya muy cerca de la capital inca perdida».

«En Marcanay había varias tumbas saqueadas y restos de algunos edifi cios incas. A partir de aquel lugar proseguimos la búsqueda de restos arqueológicos de Hatun Vilcabamba, pero fue un trabajo lento y difícil porque es una zona deshabitada y cubierta de vegetación».

«A lo largo de varios años de exploración e investigación arqueológica encontramos y excavamos un área religiosa en la montaña de Yanaorqo, las fortalezas de Wayna Pucara y Machu Pucara; platafordel más ceremoniales; y el núcleo de la vivienda y la casa del Inca».

«El territorio en los valles al norte del nevado Choquezafra es muy agreste, y tuvimos que prescindir de los caballos para explorarlo. Este hecho coincide con la descripción de las crónicas de la época. En los años siguientes encontramos andenes y viviendas aisladas, hasta que finalmente encontramos el núcleo de la capital inca perdida formado por un gran número de viviendas agrupadas».

«La declaración de estado deemergencia en la zona, por la actividad de la guerrilla liderada por los hermanos Quispe Palomino, supuso un freno temporal a nuestra investigación sobre el terreno. Por lo que se interrumpen los trabajos de limpieza y excavación y la mayor parte de la capital Inca perdida está todavía ocultan bajo una gruesa capa de vegetación».

«En el amplio y deshabitado territorio que se extiende al norte del nevado Choquezafra, entre los valles de Lugargrande y Choquezafray las montañas circundantes, estamos poniendo a la luz un gran complejo arqueológico, a ochenta kilómetros en línea recta al oeste de Machu Picchu; que, según todos los indicios y evidencias arqueológicas, es el asentamiento de la capital Inca perdida, Hatun Vilcabamba».

    «El conjunto formado por el núcleo, la zona religiosa y las áreas agrícolas que hemos encontrado tiene una extensión de una legua de largo por media de ancho, con la descripción de Vilcabamba. Este dato coincide con la descripción de la ciudad en el documento enviado al virrey Toledo tras la conquista de Vilcabamba la Grande; según la cual, la ciudad tenía «unas cuatrocientas casas» con sus «guacas e idolatrías» en una extensión de una legua de largo por media de ancho». 

«Todas las piezas encajan. En una zona que no fue estudiada por otros investigadores, hemos encontrado una gran zona arqueológica, de enorme interés natural y ecológico, que estamos seguros, es la ubicación de la capital inca perdida, Vilcabamba la Grande. A ochenta kilómetros en línea recta al oeste de Machu Picchu y a doce kilómetros al este del río Apurímac».

Santiago es miembro fundador de la O.N.G. Labañou-Solidaria, que tiene por objetivo la cooperación para el desarrollo de la población del distrito de Vilcabamba y la promoción de sus valores históricos, turísticos y arqueológicos, así como presidente del Club Deportivo Dacabalo, dedicado a la práctica ecuestre en la naturaleza, y la defensa y promoción de caminos y rutas históricas.

Si lo ven por Lugo, salúdenlo como acostumbran a hacer los habitantes de la selva y las montañas peruanas: Doctor Santiago, supongo. 

 

PERIPECIA VITAL
1952 (3 de marzo) Nace en Lugo. Doctor en Ciencias de la Información (Complutense). Licenciado en Geografía e Historia (Santiago). Diplomado Universitario en Profesorado de Ciencias Humanas (Santiago). Estudios de Arquitectura Superior en Madrid y A Coruña. Profesor Colaborador en Ciencias de la Información (Complutense).
1979 Corresponsal de la Agencia Efe en A Coruña.
1982 Corresponsal de Cambio 16 y Diario 16 en Galicia.
1983 Corresponsal de TvE en A Coruña. 1984 Delegado TvE en A Coruña. 1991 Director de Onda Cero Radio en A Coruña y en Santiago y director  regional en funciones en Galicia. Hasta 1993.
1994 Miembro del Consejo de Administración TvG.
1997 Comienza las expediciones en Vilcabamba (de 1997 a 2018). Codirige con María del Carmen Martín Rubio la Expedición Juan de Betanzos. 2005 Publica El misterio de Vilcabamba.
2008 Premio Viaje del Año de la Sociedad Geográfi ca Española.
2016 Publica Vilcabamba. El refugio sagrado de los incas. 2018 Dirige una nueva expedición.

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