Ramón Neira Pedrosa

Ramón Neira Pedrosa, el siglo XX de Lugo

Está presente en el Ayuntamiento, Diputación, Caja de Ahorros, Casino, Círculo, Sporting, Cruz Roja...

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El Progreso 20/12/2021

PENETRAR EN LA vida de Ramón Neira Pedrosa (Lugo, 1879) es hacerlo también en  varios siglos de la historia lucense, pues sus vinculaciones familiares nos permitirían navegar a través del tiempo. Trataremos de ceñirnos al suyo, que fue dilatado, pues alcanza los 96 años de vida, más longevo que su padre, Dositeo Neira Gayoso, ya presente en el Álbum, y mucho más que su abuelo, Ramón Neira Montenegro, las principales referencias si a influencia nos referimos.

No así su madre, Purificación Pedrosa Ulloa, hija del marqués de Villaverde de Limia, Jacobo Pedrosa y Porras, fallecida en 1911 veinte años antes que su marido.

Pero vamos con él, que el papel no se estira. Antes de dejar el bachillerato e iniciar Derecho, Ramón se convierte en uno de los más destacados velocipedistas de Lugo, es decir, en un pionero del ciclismo con rueda alta.

En septiembre de 1896 lo encontramos compitiendo “en el espacioso velódromo de Montirón” con los especialistas locales y gallegos del momento, como son Antonio Fernández Tafall, redactor y director de La Gaceta de Galicia; Sandrás, Curbera, de Vigo; Tojo, de Santiago; Sueiro, alias Centauro, de Ferrol; y Saavedra Salgado, que son los que entonces destacan.

En cuanto a los corredores internacionales, nadie como el campeón portugués Michín, conocido como Pernas de Ferro.

Cada carrera se celebra a una distancia y en distintos ámbitos. Las hay de mil metros o de 1.500, hasta las de Resistencia, que son de cinco km. Disputan las preparatorias, locales, regionales, provinciales, una de Consolación y la que llaman de Campeón. Una tarde Ramón gana la Preparatoria y le dan un barómetro. En otra se hace con un alfiler de corbata y más adelante es campeón local sobre 1.600 metros.

Las “señoritas más distinguidas de Lugo” bordan las cintas para los ganadores y el 8 de septiembre, Saavedra y él se las llevan todas.

En otro orden de cosas, pero siendo todavía abogado mozo, Ramón sigue la estela política de su padre para ser primer teniente de alcalde en Lugo y diputado provincial, con plaza en la comisión de Beneficencia (1913).

Se mantiene dentro del deporte como presidente del Sporting Club y dentro de la beneficencia, como vice de la Asamblea de la Cruz Roja desde que se constituye en septiembre de 1936.

En ese año fatídico es candidato  de la CEDA para las elecciones del mes de febrero. No estaba previsto que lo fuese, pero la rebeldía de Ángel López Pérez lo derriba a la lista contrarrevolucionaria y es Ramón quien lo sustituye al lado de Pepe Benito Pardo y Saco Rivera, aunque él se negaba por respeto al exalcalde. 

En la campaña le incautan el coche, más que nada para incordiar los desplazamientos de la derecha. Pero obtiene el acta, aunque por poco tiempo como sabemos.

Nada más acabar la contienda integra la Federación Católica Agraria que encabeza Tella.

Soltero, pero no solo en la vida porque la familia es amplia, participa en las actividades del Casino, donde  en 1910 es vicepresidente con Fernando Pardo Suárez, y del Círculo. Cuando cumple 64 años como socio del Casino, en 1962, la directiva lo hace Socio de Mérito y Bernardino Pardo Ouro le ofrece el homenaje. El Círculo hará lo propio en 1968, siete años antes de su muerte.

En 1955 vende el Balneario a Garaloces. Es presidente del Consejo de la subcentral lucense de la Caja del Ahorro y Monte de Piedad de La Coruña y Lugo desde su fundación en 1960, y consejero del Banco de España.

En fin, entró lo que entró.

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