Óscar Rodríguez Blanco

Óscar Rodríguez, joyas de Viveiro para todo el mundo  

El diseñador ha logrado entrar con éxito en los mercados europeos y americanos

Oscar_Rodriguez_Blanco_CROMO

El Progreso 16/08/2020
 
TRIUNFAR EN LOS mercados europeo y americano, presentarse con éxito en la feria JCK Show de Las Vegas, o  ser reconocido como uno de los más originales joyeros de España son metas que Óscar Rodríguez Blanco (Viveiro, 1959), ya ha conseguido, por lo que se ha ganado el derecho a figurar en este álbum de lucenses, aunque le queden nuevos retos por delante, como por ejemplo, el político, pues en 2019 se postula, sin lograrla, para la alcaldía de su ciudad. Pero esos son otros Lópeces.

El primer impulso de Óscar es el dibujo y a través de él llega a la arquitectura técnica. Cuando termina los estudios se da cuenta de que el sector no atraviesa sus mejores momentos, por lo que decide dar un giro de 45 grados a su vida. Seguirá con el dibujo, pero cambiará la arquitectura por la joyería. Al fin y al cabo es el negocio de la familia y sabe de lo que estamos hablando.

El objetivo es convertirse en orfebre y marcar estilo desde Viveiro para el mundo. Todas las joyas no tienen por qué venir de París, es el lema en su fuero interno.  Se forma en A Coruña y entre 1985 y 1986 se pone manos a la tarea en la pequeña tienda-taller de la familia.

El siguiente paso tiene lugar el año 1994, cuando el crecimiento de la firma Óscar Joyeros es lo suficientemente considerable para dejar insuficiente el espacio dedicado a la creación de joyas, y siendo éstas de tan pequeño tamaño, debe entenderse que el crecimiento es notorio.

Desde entonces la joyería de Óscar Rodríguez está presente en Iberjoya, la cita internacional de Madrid. Más adelante se amplía su presencia dentro y fuera de España, como en la BCN Futur, Inhorgenta, de Munich y en la citada feria de Las Vegas, donde instala un stand en el Mandalay Bay Hotel & Convention Center, donde se celebra.

En 2006 ocupa el edificio que resulta de la rehabilitación de dos casas en el arranque de la avenida de Cervantes, donde instala un centro integral para el proceso de diseño, elaboración y venta.

La idea central de las nuevas creaciones es la fusión de las formas y los elementos naturales del mar y de la tierra, con los materiales tradicionales de la joyería.

Al parecer, todo comienza con unos ollomaos convertidos en flamencos, que no es mal augurio, pues el opérculo, además de repeler al mal de ojo, contiene la espiral, que es el símbolo de la eternidad. Como tampoco es mala protección haber coronado a la Virgen de la Esperanza tal como luce hoy.

Esta línea de trabajo da como resultados los Tesoros del Mar y los Tesoros de la Tierra, unas colecciones con las que es finalista de los premios nacionales de Artesanía. Entre otros premios recibidos figura   el prestigioso AN Gem Awards.

Hoy ha formado un equipo que trabaja bajo sus directrices y las de su hija, Cristina Rodríguez Suárez, enganchada también al trabajo del diseño orfebre, a los sacadores del fuego, a los engastadores y a los artesanos. Incluso alguno de sus alumnos ha decidido dar el salto para instalarse en solitario, por lo que ya puede hablarse de una escuela de Viveiro.

Por otra parte, Óscar ha creado Piropo Joyas para dar cabida a una línea de joyería más asequible, con utilización de semipreciosas y determinados materiales, como madera de ébano.

El 80 por ciento de las piezas que salen de los talleres de OR son piezas únicas, lo que certifica el carácter artesanal de la factoría. El tiempo de realización de cada una de ellas va desde los cinco a los 90 días. Los expertos saben que  muchas acabarán algún día en las estanterías de un museo. 
 
 

 
 
 

Más en Álbum de los lucenses
Comentarios