Miguel Ángel Vázquez

Michel Vázquez, el alcalde de la Ciudad de los Muchachos

El proyecto del padre Silva acaba mal, con la imagen del fundador como maltratador y tirano

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El Progreso 09/02/2021

CUANDO ENTRA EN barrena la Ciudad de los Muchachos, fundada el año 1957 por Jesús César Silva Méndez _ el padre Silva, para abreviar _, se dijo que era el fin de una utopía, y al margen de los muchos errores que al final se cometen, lo cierto es que en aquel germen del circo orensano por el que pasan 50.000 huérfanos o niños sin recursos, anidan sueños muy altruistas.

El proyecto inspirado en lo hecho por el padre Flanagan de Omaha, fue útil los años en que se mantuvo, y lo sigue siendo después en Colombia y Venezuela. Julio Sabala, Marcelo Ndong y Hermes, el guitarrista de Los Suaves, son algunos de los niños que después alcanzan una segunda fama.

La ciudad se distingue por sus elecciones democráticas. Miguel Ángel Vázquez (Sarria, 1953) fue concejal y alcalde de Bemposta a lo largo de los años setenta.

Había nacido en Oural, parroquia de San Xulián de Chorente y a los trece años forma parte del equipo de ilusionistas del circo, como alumno del profesor Robert, junto con los gallegos Juan Delmiro, Jesús Balsa, Lino Rodríguez y José Barbosa, y el portugués Juan Rodrígues.

Su apodo de Michel será también su nombre artístico. Comienza en el ilusionismo poco después de cumplir los once años y con trece ya sale a la pista pisando fuerte gracias al ensayo constante de los trucos. 

Es rubio como trigo, estudia bachillerato y quiere ser acróbata. Él no pertenece a la categoría de huérfanos, sino a la de pobres de solemnidad. De hecho, cuando el 17 de mayo de 1967 el circo actúa en Lugo, sus padres y algunos de sus nueve hermanos acuden desde O Oural al Campo da Feira para verlo.

Realizan una gira por toda España y esperan grabar una serie de 13 capítulos para televisión que dirigirá Rafael Romero Marchent, aunque finalmente se frustra. 

Michel está especialmente satisfecho de uno de sus números que ha titulado “Más rápido que Antílope”, y que presentará en Lugo, donde tienen una acogida extraordinaria. 

Al finalizar el primer pase ante los lucenses _ precisamente el mismo día en que el sacerdote Ceide dice aquí la primera misa en gallego _, Silva anuncia que el alcalde de Lugo, Carlos Fernández-Ardisana, impondrá la Medalla del Circo en su categoría de bronce, a cuatro muchachos de la provincia, uno de los cuales es su futuro colega, el alcalde de Bemposta, Miguel Ángel Vázquez. 

Los otros tres son los hermanos Manuel y Adolfo Fernández Sánchez, de Chantada, y Antonio Cerviño Cereijo, de O Incio. Finalizada la entrega, todos los artistas salen a la pista para recibir los aplausos del público.

Entonces no se dijo, pero aquello era una república democrática e independiente en pleno franquismo. Silva había comprado 14 hectáreas a pocos  kilómetros  de  Ourense, donde construye una ciudad con sus leyes, su moneda _ la corona _, una  emisora de televisión, y elecciones para designar sus regidores, director del circo y demás cargos.
 
La idea de Flanagan reformada por Silva se reproduce en otros 12 países y en España se prolonga 47 años hasta que las disputas en el seno de los órganos de gobierno desencadenan el proceso de destrucción. Silva sobrevive siete años más, pero las deudas, las acusaciones de especulación y las purgas internas destapan el abandono y los malos tratos con los que en aquellos momentos viven los muchachos.

La figura de Silva como cura comunista, héroe y redentor da paso a la de un tirano y extorsionador que acaba siendo investigado por el Vaticano, sin que se conozcan las conclusiones.

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