María Aurelia García Vázquez

Aurelia García, cuida la intimidad de Ringo Starr

Ella y su marido salen de O Valadouro cuando The Beatles viven sus últimos tiempos juntos

Aurelia_Garcia_Vazquez_CROMO

El Progreso 10/02/2022

MARIA AURELIA GARCÍA Vázquez (O Valadouro, 1944), casi se lleva su secreto a la tumba. Para ella carece de interés quién hubiese sido la familia que la contrata en el 8 de la calle Hampstead de Londres, más allá de recordarlos como unas buenas personas.

Pero cuando ya han regresado a O Valadouro y nadie sabe la identidad de esa familia, Aurelia do Selmo ve la televisión en una peluquería de Ferreira y en la pantalla aparece Ringo Starr, el batería de los Beatles.

_ Eu traballei para ese señor _ dice Aurelia como si fuese la cosa más natural del mundo.

Así queda al descubierto que ha estado al servicio de uno de los beatles y que una de sus funciones fue precisamente preservar su intimidad de admiradores, gruppies y demás cazadores de autógrafos de aquel ídolo de multitudes.

Ella explicará su silencio por no darle importancia, y porque piensa que nadie se lo creería.

El primer destino en el extranjero de una jovencísima Aurelia y de su marido es Escocia, en casa de unos ricos ganaderos. Luego se trasladan a Londres y la agencia de colocaciones les abre las puertas de los Starr a través de la Apple Company.

El grupo vive sus últimos meses como tal y de hecho, John Lennon ya hace vida en Nueva York con una japonesa, de la que por allí no se habla nada bien. Aurelia apenas lo ve en aquella casa una vez. No así a Paul, que es asiduo.

En el matrimonio entre Ringo y Maureen tampoco van bien las cosas y ella conocerá el inicio de las relaciones con Barbara Bach, su segunda mujer, con la que hoy lleva 41 años.

Pero la confidencia de la peluquería es demasiado impactante para quedar como un simple cotilleo de la vecina y su jefe famoso. 

Muy al contrario, la información llega por vía directa a Sabela Blanco, de Cervo, que es prima de la peluquera, y por medio de ella, a la orensana Milena Martínez, que en ese momento estudia Comunicación Audiovisual. Ambas concuerdan que Aurelia bien se merece un documental donde se cuente su historia.

Proyectan grandes planes. Quieren que Ringo hable para su reportaje, pero no todo sale de acuerdo con sus deseos y además, el bruto con la entrevista a Aurelia peca de graves deficiencias, el material se extravía y cada uno de los que participan sigue caminos diversos una vez acabadas sus carreras.

Sabela y Milena no abandonan el proyecto y se ponen en contacto con la productora madrileña 14 Pies Audiovisual, también trufada de gallegos. La idea gusta, pero  el material grabado no sirve. Hay que repetir la visita a Aurelia, que teme que su memoria no le responda. Pero ellos conservan la grabación anterior y se lo pueden soplar.

De ese modo, el documental “Aurelia” se graba por segunda vez y los resultados son bastante buenos, como para ser seleccionado para los Goya y premiado en festivales nueve veces.

La vida de la mujer está plagada de anécdotas, como cuando le pide a Maureen las cortinas de la casa que piensa cambiar y se hace un vestido con ellas. O el traje que Ringo le regala a su marido de recuerdo.

Es uno de los que usó en algún concierto, a rayas y con los pantalones acampanados. O sea, una millonada en cualquier portal de subastas, pero el hombre no lo quiere poner ni borracho. El traje queda guardado en el armario y cuando la hija tiene que hacerse un disfraz de carnaval, Aurelia se las apaña para convertirlo en uno de pirata, que pasado por el barro del campo de fútbol, acaba en la basura. 

Aurelia fallece en 2019, a los 75 años de edad.

Más en Álbum de los lucenses