Lolita López Cardama

Lolita López Cardama, la costurera cantante

Borda el escudo de Lugo en un capote de paseo que los toreros españoles regalan a Pío XII

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El Progreso 04/03/2021

MEDIADA LA PRIMERA década del XXI, al tiempo que disminuía o cesaba su actividad como costurera, Lolita López Cardama (A Coruña, 1926) intensifica su presencia en El Progreso y me busca para charlar unos minutos, lo que no siempre fue posible. Otras veces trae pequeños obsequios imposibles de rechazar, bien porque marcha sin dar lugar a la devolución, bien porque su valor sólo es simbólico y no admitirlos sería un desprecio para ella.

Siempre alegre, siempre risueña, su interés en aquella época está encaminado a construir un relato detallado de sus orígenes familiares, como si fuese un capítulo de su vida que quisiese puntualizar antes de dejar este mundo, aunque también puede ser que ese culebrón esconda otra historia que ella desea borrar.

Paco Rivera Cela, con el que mantiene contacto desde los tiempos del Micrófono de Oro, también es receptor de esas confesiones, tanto en varias entrevistas como en privado.

En la serie “Antoloxía da memoria de Lugo” se recoge este testimonio de Lolita: “Es una preciosa historia de amor. Mi madre era costurera y se quedó viuda de un ferroviario con seis hijos. Muy joven tuvo que ponerse a servir. Vio un anuncio en el periódico y entró en la casa de un notario. Mi madre era muy guapa y el hijo del notario, mi padre, se enamoró de ella perdidamente. ¡La que se armó en una casa y en una sociedad como aquella! ¡El señorito y la doncella, enamorados! La oposición familiar fue rotunda, pero ellos no estaban dispuestos a perder la batalla, de tal manera que se escaparon y se fueron a vivir a un viejo molino que había en San Amaro, cerca de la torre de Hércules, en unas condiciones tan precarias que a mi padre una noche las ratas le comieron una oreja”.

Al mismo tiempo, Paco Rivera recoge este detallado relato: “Procedo de una familia muy distinguida de La Coruña, los Barbeito. Eran en la ciudad gente importante. Había militares de alta graduación, sacerdotes, médicos... Estábamos también emparentados con Largo Caballero, que era primo de mi tío político José Barbeito, un eminente cirujano que tuvo que huir a Cuba precisamente por este parentesco. Mi padre, Juan López Mosquera, era un famoso autor teatral que estrenaba con frecuencia en Madrid. Unas de sus obras estuvo siete semanas en cartel, que para aquellos tiempos, te hablo de los años 20, era muchísimo. El padre de mi padre, o sea mi abuelo, era un prestigioso notario de La Coruña.”

El López Mosquera del que hablan los periódicos nada tiene que ver con ese perfil.

Cuando su madre, Dolores Cardama Vázquez y sus hermanos se trasladan a Lugo en 1946, comienza a bordar mantelerías y establece relaciones con un policía municipal muy popular en la ciudad, con el que tiene dos hijos. Lolita encuentra en la música “una ilusión que me da ganas de vivir”.

De ese modo y ante la indiferencia familiar, participa en varias ediciones del Micrófono de Oro, en el Festival de la Canción del Landro, en Viveiro, el Clavi y la Gallega. A ella le da igual y lo hace muy feliz. En su repertorio, La Violetera, La chica del 17 o Al Uruguay!

Desde su buhardilla del Campo Castelo es autora de muchas piezas notables, como el escudo de Lugo bordado en oro al lado del de las otras provincias en un capote de paseo de seda y raso, valorado en cuatro millones de pesetas, que la Federación de Asociaciones Taurinas regala por su 80 cumpleaños a Pío XII. También borda baberos, las estrellas de los oficiales militares, gaitas y lo que haga falta.

Fallece a los 88 años el 22 de octubre de 2014.

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