Julián López Ríos

Julián López Ríos, todo por A Guarda

El farmacéutico nacido en Cervo dedica su vida a la Sociedad pro-Monte de aquella población

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El Progreso 16/11/2021
 
LA FAMILIA LÓPEZ, in extenso, López Ríos, protagoniza la vida cultural de A Guarda, en el siglo XX, especialmente desde 1912, que es cuando se constituye la Sociedad pro-Monte Santa Tecla, y 2020, cuando ésta se disuelve y revierten sus bienes al ayuntamiento guardés.

Uno de ellos es Julián López Ríos (Cervo, 1900), nieto del comerciante Juan Antonio García Baz e hijo de Julián López García, que había nacido en A Guarda en 1860, donde se ilustra con el prestigioso botánico burgalés Baltasar Merino, padre jesuita, del que recibe información y consejos.

Ingresa en el Cuerpo de Aduanas y muy joven todavía, es trasladado a la aduana del puerto de San Ciprián / San Cibrao, donde conoce a Josefa Ríos Gómez, hija del armador local, José María Ríos Domínguez, con la que se casa.

En esa situación estudia Farmacia entre Sevilla y Santiago, lo que le permite abrir allí la primera botica en 1893 y luchar a favor de la gratuidad de los medicamentos para los pobres de Cervo.

Cuando el padre Merino prepara su Flora descriptiva e ilustrada de Galicia, lo visita en el puerto lucense y juntos estudian plantas de la zona.

Otra de sus actividades en A Mariña es la obtención de acetileno mediante la destilación de madera seca. Lo consigue en Trasbar, pero no todos están de acuerdo y sufre un atentado.

Cuando enviuda regresa a A Guarda, donde presidirá la citada sociedad y escribirá diversos trabajos históricos y científicos, antes de morir en 1938.

Su hijo, nuestro personaje, lucha desde dicha sociedad contra la indiferencia de muchos y la oposición manifiesta de empresas y el propio ayuntamiento, que durante años la considera una intrusa en sus competencias.

También estudia Farmacia en Santiago, para ejercer luego en Tarancueña (Soria), A Guarda y desde el año 1926, en Barranquilla (Colombia). Es autor de Ruta revolucionaria: Municipalismo sindical. Tiranía estatal burocrática. Usura capitalista y especuladora (1935).

El año 1943 se casa en San Bartolome de Pontevedra con María Rosa Lariño Viñas. Desde su regreso, la sociedad pro-Monte, el Museo Arqueólogico y el resto de iniciativas creadas en torno a ella le ocupan todos sus afanes no profesionales. En 1961 alcanza los 650 socios y en su opinión, vive el mejor momento societario.

Como se dijo al celebrarse sus Bodas de Oro, la altruista sociedad, vive “discretamente camuflada” bajo su nombre, pero es realmente el nervio, el alma y la palanca que moviliza, impulsa y concreta cuanta iniciativa tiende al desarrollo del municipio.

Así se entiende que el ayuntamiento, lejos de alegrarse de su existencia, sufra a veces unos celos devoradores.

López Ríos resume lo conseguido: “Este monte, que ahora ventea de foresta, era antes un montículo yermo”. 

Aunque la idea inicial había sido restaurar la capilla, poco a poco, no solo cumple ese objetivo, sino que realiza una puesta en valor integral del monte de Santa Tegra, por lo que A Guarda presume de ser pionera en Galicia a la hora de explotar la naturaleza en un sentido distinto a los fines madereros, mineros o agrícolas.     En 1914, se construye la carretera de acceso y comienzan a aparecer restos arqueológicos de Roma _ un Hércules de bronce, torques de oro, monedas..._, y el castro de Abóbriga que albergó a miles de prerromanos, lo que conduce a dotarse de un museo.

Un año después de las Bodas de Oro, Julián es objeto de una agresión, y en 1965 se rompe el menisco al caerse por unas escaleras. A los tres meses de esa lesión fallece tras semanas de enfermedad.
 

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