Juan Varela-Portas y Pardo

Juan Varela-Portas, fundador del Breogán

Sus hijos mantienen hoy en Antas de Ulla otro de sus proyectos, la Gran Vilane

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El Progreso 16/03/2022

EL CLUB BREOGÁN será lo que quieran los lucenses que sea, dice uno de sus fundadores, Juan Varela-Portas y Pardo (Lugo, 1930), cuando la sociedad comienza a despegar, pero leído hoy, más que un deseo parece una profecía.

Es 1967. Tino Cabanas, futuro periodista de Radio Nacional, acaba de ganar el premio Minerva en gallego con una trilogía titulada Breogán. Curiosamente, en castellano lo gana Xesús Rábade Paredes. En la prensa se repite Breogán como no lo ha hecho antes y los Varela-Portas, que quieren dejar huella en el deporte lucense, se deciden por ese nombre para registrarlo a finales de julio del 67.

José Ramón, Víctor, Juan, Javier, Santiago, María Teresa y Aurora Varela-Portas y Pardo son hijos del abogado José Varela-Portas Basabrú, que es quien une los dos apellidos, y de Pepita Pardo y Pardo, hija de Pepe Benito, el famoso y temido político que pasa por arquetipo de cacique. Atrás quedan los amargos recuerdos que la anterior generación no pudo o no supo evitar.

Entre sus tíos, además de los hermanos de su madre, José Benito, Javier, Segundo, Manuel, Juan y Amparo Pardo y Pardo, encontramos a Víctor Basanta Silva, Jesús Pérez Batallón, Ana María Mújica, Concepción Rodríguez Rosón y María Candelaria Fernández Marbán.

Juan es un triunfador, aunque con algún que otro porrazo. Pese a tirar por la borda en 1959 los ocho años en que se prepara para abogado del Estado y se hace empresario a raíz de la muerte de su padre, no lo lamenta. En muy poco tiempo demuestra su valía e intuición, más que experiencia, a la hora de crear riqueza, o lo hará después, en Gallega de Piensos, Sanders España, Granja Ramil, Matadero de la Puebla, Sociedad Anónima de Granitos y Mármoles, Whisky Club, Garaje Villares y la Granja de Vilane, su último proyecto que hoy mantienen en Antas de Ulla sus hijos Nuria, Piedad y Juan, tenidos de su matrimonio con la sobrina del director cinematográfico Juan de Orduña. Piedad de Orduña Toledo.

Pero a José Ramón y a él les interesa sentar plaza en el mundo del deporte. Le gusta y su éxito le obliga a hacer algo en un ámbito que él considera de gran importancia para la cohesión de Lugo y su prestigio exterior.

Pica en el tenis con la organización de un torneo que en su segunda edición llega a ganar un primer espada español, Juan Manuel Couder; también a través del Club Ancares y con importantes ayudas al C.D. Lugo, pero la ilusión se materializa a partir de la fundación del Breogán (B.C.B.), dispuesto a que llegue “donde quieran los lucenses”. Hoy estaría muy orgulloso de verlo en la primera línea del baloncesto español, por ser invento de los Varela-Portas y por ser mérito de los que vinieron después.

Así no es de extrañar que los informadores lo nombren en 1968 Personaje Lucense del Año. Tenía 37 y a Pepe Torres le parece muy joven para recibir un título así, de modo que se lo dice en la entrega.

Poco después será elegido presidente de la Cámara de Comercio de Lugo y como tal se mantiene hasta después de la muerte de Franco. Le dan la Medalla de Oro del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España.

Cuando coincidimos a la entrada del estadio de Udine, donde España iba a jugar contra Uruguay en el Campeonato del Mundo 1990, me dice: “En Lugo apenas nos vemos y mira tú”.     

Mucho después, al año siguiente de su muerte en 2010, la Xunta le concede una de las primeras medallas al Mérito Deportivo de Galicia. Otra fue para su hermano José Ramón, fallecido diez años después.

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