José Rodríguez Fernández

Zaringa, pionero del baloncesto y concejal 

El lucense dedica veinte años de su vida a la práctica de ese deporte, con el que consigue títulos nacionales

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El Progreso 29/09/2020

CUANDO EN LOS años cuarenta da sus primeros pasos dentro de las pistas de baloncesto, un compañero que había estado en Argentina comienza a llamarlo Zaringa, quizás debido a su constitución menuda que lo hace hábil y escurridizo.

Él es José Rodríguez Fernández (Lugo, 1929) y desde los 12 se enrola en los equipos que surgen en el entorno del Frente de Juventudes, que entonces es la única forma y manera de hacer deporte en Lugo y en todas partes.

Una de esas primeras formaciones es el Indómito,  donde coincide con Tabernero y Regueiro. Después vendrá el I.N.P., o sea, Instituto Nacional de Previsión, donde los compañeros son Rivera, Ron, Gancedo, Paquillín, Balbás Santiso y Coria.

Otros equipos fueron el San Fernando F. de J. Y Guardia de Franco, el Celeste, el Gran Capitán y la UD Lucense, en compañía de  Chichi Álvarez, Chava, Sarceda, Lombao, Ramiro, Balboa, Borrego, Jato Edmundo, Santiago, Polo, Caraduje, Rivas, Feás, Castro y Carro.

El 12 de julio de 1948 deben jugar en Madrid la fase final del campeonato nacional y es tal la pasión por el triunfo que Zaringa salta a la cancha con fiebre. Pierden, claro, pero aún así quedan cuartos y se vienen con un trofeo.

Durante los veinte años largos que permanece como jugador es varias veces campeón de sector, dos veces semifinalista nacional de Educación y Descanso con el I.N.P., campeón gallego absoluto con el San Fernando, subcampeón nacional de Tercera División con el Guardia de Franco, campeón provincial en varias ocasiones y uno de los pilares de la selección lucense que se forma cuando hay que competir, no entre clubs, sino por territorios.

Incluso es internacional en dos ocasiones, contra el campeón ibérico de productores, el Ferroviarios da Campanha y el campeón portugués, el Vasco da Gama. 

Cuando él lo deja, el baloncesto lucense vive una etapa de transición en la que empieza a destacar Lamela con el Santo Tomás, antes de la etapa del R.T.R. En cualquier caso, desde mucho antes los implicados en el deporte están convencidos de que todo pasa por alcanzar el ansiado Pabellón de los Deportes, que en 1958 anuncia Luis Ameijide.

No obstante, los años que transcurren entre el anuncio, las obras y la inauguración, a los lucenses se les hacen eternos.

Zaringa ya es concejal y gracias a él y a otros, el ojo del ayuntamiento vigila el avance de los trámites. En una entrevista anterior a su elección como concejal, Zaringa dice a El Progreso: “Hay unos terrenos que reúnen todas las condiciones necesarias para esta obra, céntricos y aireados. La cuesta del parque sería el sitio ideal. Hubo ya un proyecto, que al parecer quedó en nada, en 1948. Si esto se llevase a cabo, la clientela joven de las tabernas disminuiría en más de un ochenta por cien”.

Se lleva a cabo en octubre de 1963 con el encuentro R.T.R.-Burgas, de Ourense, del Trofeo San Froilán. pero la disminución que augura Zaringa no se produce.

En ese momento, Zaringa también es el presidente de la Comisión de Fiestas y la polémica que se establece en toda la ciudad es si el Pabellón es solo para deportes, o podría albergar fiestas y mítines. Ya sabemos lo que pasó.

Ese mismo año de 1963 integra la directiva del C.D. Lugo que forma el presidente Fernando Pardo Gómez.

Se casa con Nora Carroceda González y son padres de Margarita y Marta. Como empleado de banca pertenece a las plantillas del  Banco de La Coruña, Banco Vizcaya, BBV y Banco de Madrid.

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