José Rodríguez Díaz

La parte lucense del Neptuno del Prado

Uno de los artífices de la estatua nace en Baralla, un dato hasta hoy desconocido

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El Progreso 08/12/19

SEPAN LOS  SEGUIDORES del Atlético de Madrid y todos los lucenses, que cuando este club celebra sus triunfos alrededor de la fuente de Neptuno, lo hacen gracias al trabajo de un artista de Lugo que colabora, entre otros, a darle forma para que desde estos días de diciembre de 1786 adorne el Paseo o Salón del Prado. Lo hace en compañía de Apolo y de la Cibeles, diosa que sí está enraizada con Madrid y a la que deberían acudir, aunque también lo haga el Real Madrid.

Pelillos a la mar y vayamos al grano. Hablamos de José Rodríguez Díaz (Baralla, 1742), cuya filiación completa debemos a la siempre inestimable colaboración de Luis López Pombo, a quien le pedimos que escudriñe en el Archivo Central Parroquial del Obispado de Lugo hasta dar con la cuna exacta del hombre, cuya biografía arrastra un error inmemorial que lo hace nacido en Sesterey, un topónimo inexistente y por lo tanto ilocalizable.

El error oculta que su nacimiento se produce en la parroquia de San Pedro de Sixirei, hoy perteneciente a Baralla, contra la que sus biógrafos se dan una y otra  vez de bruces sin descubrirla.

Así lo refleja el libro 3º-4º de Bautizados de la feligresía de Sixirei (Baralla, folio 129 regular, 1742). Hijo de Antonio Rodríguez y María Díaz, al niño se le imponen los nombres de Joseph Thomas, nacido el 3 de marzo de ese año y con familiares en Santiago de Cedrón, hoy Láncara.

Joseph Thomas se  forma en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid de la mano del toledano Juan Pascual de Mena desde 1765. Es premiado en los años sucesivos y si buscan la pintura “Don Fernando I arma caballero al Cid Campeador”, verán el lienzo galardonado, eso sí, en una única reproducción dentro de la web de Valeria Ardante.

Desde el 6 de marzo de 1785 es académico de mérito, justo cuando se enfrasca en el trabajo de la fuente de Neptuno, en cuya ficha oficial figura como autor del diseño  Ventura Rodríguez, mientras que la ejecución correspondió al maestro del lucense, Juan Pascual de Mena, a Pablo de la Cerda, a José Guerra, a José Arias y al propio Rodríguez Díaz.

A nuestro hombre se le adjudican la carroza en forma de concha, el agua por donde avanza y los delfines.

Tras la prueba de los surtidores, se muestra a la pública contemplación de los madrileños el 2 de diciembre del año señalado, coincidiendo con el cumpleaños de la infanta María Teresa Antonia, octava hija de los trece que tuvo Carlos III. 

Las reacciones ante esta tercera fuente del Prado fueron muy positivas desde el primer momento y Neptuno triunfó en el gusto de los capitalinos, que así disponían de una diosa de la tierra y un dios del mar.

Entre las obras más destacadas de José Rodríguez se encuentran los retratos de su tocayo José Rodríguez de Campomanes, gobernador del Consejo de Castilla, del propio Ventura Figueroa, de Miguel de Múzquiz, conde de Gausa y ministro de Hacienda, y del primer ministro José de Moñino, conde de Floridablanca, que está en el Prado, o sea, al lado de Neptuno.

Dicen sus biógrafos que era conocido como “Sócrates”, y uno, que es mal pensado, duda entre creerlo, o suponer que “Sócrates” sea en realidad su nombre masónico, dada la afinidad existente entre los canteros y los hijos de la viuda.

José es profesor en la Real Academia desde 1786 hasta 1797, cuando es nombrado maestro mayor de la escultura del arsenal de La Carraca en Cádiz. Y allí permanece hasta su muerte, en 1817.

Artista olvidado en toda Galicia, se achaca este hecho a la imposibilidad de fijar el lugar de nacimiento. Bueno, pues ya no.

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