José Novo Freire

Novo Freire, primer y segundo alcalde de la democracia

La reclamación de Mauricio Posada en 1979 anula las primeras elecciones y debe repetirse el proceso, aunque con el mismo resultado

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El Progreso 15/06/2022

EL CORRESPONSAL DE El Progreso en Cospeito, el muy recordado Ojos de Acero, informa el 24 de noviembre de 1956 que en los altos del Bar San Fernando  _ entiéndase, en el piso superior al bar _, ha abierto su bufete el joven abogado José Novo Freire (A Coruña, 1928).

Sus padres se habían trasladado a esa ciudad y cuando José tiene ocho meses, regresan a Lugo para residir en el barrio de A Milagrosa. Acude a varios parvularios de la zona y a la escuela unitaria de García Abad, antes de ir al  instituto masculino con el beneficio de la matrícula gratuita.

Aunque su intención es estudiar Derecho, por falta de medios hace Magisterio y se incorpora al bufete del exalcalde Ángel López Pérez, que será su faro en muchos aspectos de la abogacía, la política y la vida.

Entonces sí que se decide a hacer la carrera de leyes en Oviedo y Santiago, rematada, como dice Ojos de Acero, en los altos del bar San Fernando, aunque por poco tiempo, pues se establece en Lugo y su nombre adquiere cada día más fama en el foro.

Se casa con Carmen Rodríguez y tienen cuatro hijos, José Manuel, Jesús Manuel, María del Carmen y Mercedes, que acaba de realizar importantes descubrimientos en torno al Alzheimer.

Ona de Echave se fija en él como el hombre oportuno para el relanzamiento de Caritas y a su vez, él ficha a Antonio Gandoy. Ambos estarán en la creación de Preescolar na Casa.

Su papel en el Congreso Nacional de Abogados que se celebra en León el año 1970, donde se solicita la amnistía y la supresión del Tribunal de Orden Público, merece alabanzas entre las organizaciones de izquierdas que valoran la actuación del ponente gallego.

Superado con éxito el desembarco en la democracia, el 3 de abril de 1979 los lucenses eligen al primer alcalde salido de las urnas desde las polémicas votaciones de 1931 que propician la llegada de la Segunda República, algo que no estaba en juego.

Ese primer alcalde va a ser él al frente de las listas de UCD, aunque Lugo va a seguir dando muestras de comicios irregulares, pues tan solo 33 días después de haberse constituido la corporación, una reclamación del candidato José Mauricio Posada Veiga sobre la mesa de Ombreiro será tenida en cuenta por la Audiencia para anular la votación, siendo obligatorio repetirla. Vuelve a ganar y Posada Veiga no se presenta esta vez. Ahora es el segundo alcalde de la democracia.

La noticia de la anulación le llega cuando regresa de Rianxo, donde se ha inaugurado una calle dedicada a Lugo. “Ya no tengo derecho a coche oficial”, bromea con el chófer.

Recordaba Novo que entonces el cargo de alcalde no tiene sueldo y que la experiencia política le va a costar dinero de su bolsillo, atenuadas las pérdidas gracias al esfuerzo realizado por su pasante y porque dos años después su primogénito José Manuel Novo Rodríguez ya se hace cargo de su bufete profesional.

También su hijo siente la atracción por la política y llega a encabezar la candidatura nacional del CDS heredero de Suárez. 

El salto de Novo Freire a la alcaldía está precedido de una consulta familiar en la que consigue el apoyo de todos sus miembros, aunque Carmen, su mujer, se borra desde ese instante de cualquier papel que pudiese corresponderle como alcaldesa consorte. Y así lo cumple a rajatabla sin acudir ni a un acto público.

Como recuerdan los lucenses, los miembros de su equipo y los de la oposición, fue un alcalde bueno y dialogante. En la prensa paga el pato de la novatada democrática y lo criticamos en exceso.

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