José Joaquín García-Gesto

García-Gesto, un vuelo pictórico 605 que aterriza en Barajas

El artista lucense camina hacia los sesenta años de creación plástica

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 El Progreso 12/08/2021

TENÍA MÁS PAPELETAS para crear a partir de la música, no en vano el alma mater de la Sociedad Filarmónica Lucense vivía en su casa. Era su padre. Además une su vida a la de Mercedes Griselda Castro Bal, descendiente del compositor Jesús Bal y Gay. 

Pero tras un coqueteo musical, José Joaquín García-Gesto (Lugo, 1948) recorre el camino inverso al del músico y se acrecienta cada día más como artista plástico, como gran creador de formas a prueba de estilos, ya que irá del arte figurativo al abstracto y fundirá ambos para crear lo que él llama el misterio de la pintura, algo muy propio y característico de su obra.

Asoma por primera vez al mundo del arte a través del IV Concurso de Postales Navideñas que organiza la OJE en 1964. Tiene por tanto 16 años, estudia en los Maristas y consigue las 175 pesetas con las que se dota el segundo premio. El primero es para su amigo José Ignacio Pardo Pedrosa, cinco duros mejor dotado.

A partir de entonces todo va a venir rodado. Al año siguiente forma parte de una exposición colectiva en el Casino con la que los alumnos de sexto buscan financiar su viaje. Cuelga al lado de Ángel Johán, ya fallecido, de su hijo G. Doreste, Agrelo, Pacios, López Guntín, Pedrosa, la monfortina Gloria Fernández y muchos más, consagrados y noveles.

Pero el debut propiamente dicho será en abril de 1966, al alimón con Pedro Agrelo y una veintena de obras por cabeza que abarrotan la Rotonda del Círculo y debe prolongarse una semana. Se embolsan seis mil pesetas cada uno.

Este año Joaquín es un lucense muy activo, pues preside el Club Juvenil El Quinqué que con otras asociaciones fundan la JICF, un movimiento de inquietudes sociales y de concienciación de la juventud ligado a la Iglesia, aunque independiente de ella.

También es cuando gana el Certamen de Arte Juvenil con el óleo La Faena y el de dibujo con El saxofonista. Otros premiados son Agrelo, Roberto González y Abel Vilela. Y para rematar el 66, expone en la Caja de Ahorros de La Coruña y Lugo dentro de una Muestra de pintura gallega actual.

Seguidamente salta a Madrid para estudiar en primer lugar Arquitectura y luego Bellas Artes. El paso por el colegio Diego de Covarrubias, donde expone, lo recordará como una fuente de conocimientos mayor que en la propia escuela. 

Es entonces cuando también se deja llevar por sus aficiones musicales con un amigo para que Ángel Álvarez los lleve a su Vuelo 605 en Radio Madrid, donde coinciden con Cuadrado y el germen de Nuestro Pequeño Mundo.

Ahí acaba la música, porque va a exponer en la mítica galería Amadís, de Juan Antonio Aguirre y se centrará definitivamente en la plástica. Realiza entonces múltiples contactos y comparte exposiciones con nombres punteros del arte español, como Rafael Canogar, Tapies o Juan Genovés. También será comisario de exposiciones y acabará la carrera.

En 1977 participa en la sonada fiesta del PC, aunque no es militante. Además de los citados, allí están Arcadio Blasco, Lucio Muñoz, Orcajo y otras dos decenas de artistas.

Exposiciones y bienales dentro y fuera de España, o las de Lugo, Vigo, Coruña o Santiago, confirman a Joaquín como una de las firmas más originales de la pintura española actual, cuya obra ya está presente en varios museos y se puede encontrar en espacios tan insospechados como el aeropuerto de Barajas, donde existe un mural suyo.

Él suele decir que una de las muestras de las que está más satisfecho es El caos sensible, en la capilla lucense de Santa María, el año 2015. El montaje estaba muy logrado y su serie sobre el agua era espectacular.  

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