José Iglesias Otero

José Iglesias, víctima del Machadato en Cuba

Nacido en Barreiros, es asesinado el año 1932 y durante quince meses se ignora la suerte que ha corrido

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El Progreso 29/03/2021

EL MANDATO DEL presidente cubano Gerardo Machado (1925/1933) tuvo una agonía encharcada en la sangre que vierten cientos de víctimas que intentan oponerse a su deriva dictatorial. Una de ellas fue la lucense Aurora Latas, que pierde a su marido Claudio Bouzón. También Alfredo  Rodríguez, un modesto comerciante conocido como El Españolito, o José Iglesias Otero (Barreiros, 1865), un mariñano de 67 años.

Había nacido el 2 de febrero. Apenas se sabe de su marcha hacia la isla y sus actividades en ella, excepto que el actual régimen lo recuerda como un revolucionario antimachadista, y algunas circunstancias sobre su asesinato, que tiene lugar el 24 de mayo de 1932 en Artemisa, entre La Habana y Pinar del Río.

Iglesias Otero muere en compañía del maestro Liberato Domingo Azcuy Azcuy, exalcalde de Consolación del Norte desde 1926.

Hasta un año más tarde no se tienen noticias concretas del suceso. Cuando en agosto de 1933, el Asno con Garras o el Pistolero del Azúcar_ como se llama a Machado _, ya ha huido de la isla, el procurador Arturo Pérez Rodríguez envía un escrito al Secretario de Gobernación para cumplir una solemne promesa realizada a Liberato Azcuy y a Iglesias.

Los dos citados, Armando Hernández, J. A. Castellanos y el mencionado procurador son detenidos en Artemisa y sometidos a interrogatorios por parte del comandante Chipi, que los amenaza de muerte. 

A las tres de la madrugada Chipi ordena separarlos y temiendo que van a ser asesinados, Azcuy e Iglesias le ruegan a Arturo Pérez que intente denunciar a los culpables cuando sea políticamente posible, lo cual puede llevar a cabo quince meses después.

Liberato Azcuy será recompensado de alguna manera entregándole la alcaldía de Consolación del Norte a su hija Elena Azcuy Lemus y algunos de los matones son encausados por el Tribunal de Sanciones.

No obstante, el hombre al que los cubanos señalan como máximo ejecutor de la represión, además del propio Machado, es Arsenio Ortiz, de oficio comandante y de mal nombre, el Chacal de Oriente, cuya salida de la isla hacia Alemania se dispone incluso antes que la de Machado, precedido por su hija, que también escapa temiendo la caída del sátrapa.

El Tribunal de Sanciones autoriza al fiscal para solicitar a Alemania la extradición de Arsenio Ortiz,  a quien califica de jefe de los pistoleros durante el Machadato y lo acusa, en particular, de las muertes de Liberato Domingo   Azcuy y de José Iglesias Otero, entre otras doce. Es decir, lo hacen responsable de la ejecución de esas personas, y no al comandante Chipi, como había informado Arturo Pérez. Después de que hablará de su responsabilidad directa en otros 150 asesinatos.

Arsenio es un policía mulato que descarga toda su furia sin miramientos hacia el color de la piel de sus víctimas, siendo comentario extendido que entre ellas había más negros que blancos.

Sus métodos preferidos son el fusilamiento, colgarlos de los árboles, dispararles con su propia pistola, o arrojarlos a los tiburones como hace con el pontevedrés Bouzón. También funciona a sus órdenes La Porra, una banda de delincuentes a los que se dirige contra los opositores para que su muerte parezca fruto de reyertas o de delitos comunes.

La llegada del nefasto embajador norteamericano Sumner Welles favorece su huída a Alemania con una fuerte suma de dinero, haciendo escala en España. Eso le permite un exilio dorado mientras los machadistas son perseguidos tras la caída de dictador. Después vendría Batista.

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