Jesús Martínez Rivadeneira

Jesús Martínez, la Muralla del Valencia

El futbolista de Foz fue cuatro veces internacional absoluto y jugó diez años en el club che

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El Progreso 07/12/2020

A MARTÍNEZ LE llaman La Muralla del Valencia cuando a ese equipo lo entrena Di Stéfano. Se lo dicen por ser un buen defensa y por su origen lucense. Su nombre completo es Jesús Martínez Rivadeneira (Foz, 1947), y por supuesto, otro de sus apodos también fue el de Gallego.

Nace en Cangas de Foz el 7 de diciembre. Es hijo de Jesús Martínez Hermida y de Francisca Rivadeneira, que marchan a Buenos Aires mediado el siglo, cuando Jesús ha cumplido los dos años. Con ellos van sus otros dos hermanos mayores, Gloria y Ramón.

La familia tiene un bar en Nois, pero deciden vivir la aventura americana. Además del club español, Jesús va a pertenecer también al Peñarol y al Rácing de Avellaneda antes de regresar a la península. Después, cuando hace de nuevo el viaje a América, juega con el Huracán, Globo, Quilmes, Banfield, Colón, Santa Fe, Almagro y Defensores de Belgrano, donde se retira en 1992. 
Cuando veinte años antes, en 1972, es llamado por Kubala para formar parte de la selección, la mala suerte se ceba en él, pues se lesiona en A Coruña, tres días antes del encuentro a disputar en el estadio Kaztantzioglou de Salónica contra los griegos.

Ya había sido internacional Sub 18 en un partido contra Francia, pero claro, le faltaba estar en la Roja, aunque en aquellos años nadie la llamaba así. 

“Yo siempre había soñado con ser internacional A. Y ya ves: todo quedó en nada, aunque no pierdo las esperanzas”, dice a la prensa, entre resignado y esperanzador.

Hace bien, porque su debut con los kubalaboys de España se produce el 11 de octubre de 1973 contra Yugoslavia (0-0), hace hoy 47 años.

En 1974 disputa otros tres partidos contra Dinamarca, Alemania y Yugoslavia de nuevo. En total dos victorias, un empate y una derrota, precisamente contra los últimos. Fue la que nos deja fuera del Mundial. Jesús se salva del fracaso general, porque dice la prensa que él y Benito evitan que se hubiera producido una goleada. Fue un 0-1.

Entre sus compañeros, en aquella época forman la selección, Amancio, Benito, Violeta, Quini, Boronat, Reina; Sol, Glaría, Gallego, Pirri, Rexach, Rojo, Asensi, Gárate y Claramunt. En alguna de estas formaciones, el Valencia aporta hasta cuatro jugadores y el Real Madrid, dos, algo que le echan en cara a Kubala, claro.

Como en su época se vive el conflicto de los falsos oriundos, él declara en una entrevista con la agencia Efe: “Yo tenía ganas de jugar en España, mi tierra. Conmigo no existe duda alguna: soy español nacido en Lugo y para mayor tranquilidad sabrás que he hecho el servicio militar en El Aaiún”.

No obstante, en más de una crónica de sus partidos se le califica de oriundo porque su llegada a España es desde América. Desconocen los periodistas su infancia en Cangas y Nois.

Comienza en el Peñarol y de ahí al Racing. Cuando el equipo viene a Europa, lo prueba el Valencia y se lo queda. “Sánchez Lage había dado muy buenos informes sobre mi modo de jugar”. Era el año 1968 y el Valencia se proclama campeón de Liga.

Allí se casa con Marinella Roig, hermana del vicepresidente, y luego presidente del Valencia, y allí permanece diez años. Más tarde vuelve al fútbol argentino y recorre los clubs ya mencionados.

A través de los Roig sigue vinculado al fútbol como director técnico del Valencia hasta 1997, cuando los malos resultados provocan su salida abrupta del club.

Después se dedica a representar jugadores como agente libre internacional e interviene en la llegada a España de los más destacados futbolistas americanos.

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