Francisco Leal Insua

Leal Insua, la alargada sombra de Julia Minguillón

El marido de la pintora dedica todos sus esfuerzos a la divulgación de su obra

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El Progreso 17/11/2021
 
EN 1960 EL diario madrileño Informaciones afirma que Julia Minguillón no tiene antecedentes en la historia del arte español y la sitúa como la mejor pintora. Nunca le faltaron elogios a la artista lucense, pero indudablemente, ni su marido Francisco Leal Insua (Viveiro, 1910), rendido panegirista de Julia, había llegado a un juicio tan categórico.

Leal refunfuña porque la crítica no la tiene en la consideración que merece. A su juicio tampoco Galicia se rinde lo suficiente ante la Minguillón y él consume sus días detrás de conspiraciones, reales o inventadas, contra ella, menos preocupada que él de elogios o vacíos.

En ese sentido es significativa la anécdota originada en torno a la exposición The Women´s International Art Club sobre pintura femenina y americana, que se celebra en Londres el año 1947.

Los corresponsales españoles comentan en sus crónicas que el cuadro más apreciado por los ingleses es Muchacha con perro, firmado por una amiga de Julia.

Leal sospecha que el cuadro es en realidad La Tyla y yo, el autorretrato de su mujer, y así se lo comenta al crítico e historiador Enrique Lafuente Ferrari, que conferencia esos días en Londres. En efecto, la artista elogiada es Julia y no su amiga, que se calla y acepta los piropos.

Lafuente Ferrari le pregunta si mantiene esa amistad y Julia dice que sí. Entonces Leal insiste en afearle su conducta y su esposa lo corta:

_ No se hable más de eso.

Las diferencias entre ellos fueron notorias en otras ocasiones, pero al fallecer la pintora, en la larga viudedad de Leal, hablar de Julia se convierte para él en un asunto monotemático.

Otro de los cuadros que más tinta ha hecho correr por su carga política es Bordadoras de Flechas, que Leal presenta como el triunfo de la España eterna sobre el comunismo.

Después de una juventud achacosa y tras colaborar en la prensa de Viveiro, Vilalba y Mondoñedo, Leal es redactor-jefe de El Progreso. En 1939 se casan en el monasterio de Vilanova de Lourenzá y luego será director de Faro de Vigo, El Correo Gallego, La Noche, Mundo Hispánico y la sección de publicaciones de Efe. 

Hace varias ediciones con su prosa y poesía con títulos como Rosal florido, Semilleros de poemas, Horas, Trivium, Mi soledad sonora, Las cosas y Te he buscado...

Más interesante es su biografía Pastor Díaz, príncipe del Romanticismo. Nombrado en 1946 presidente de la Comisión del Homenaje de Galicia a Noriega Varela, se dirige a los principales ayuntamientos y a las cuatro diputaciones para que colaboren en la edición de la obra del cantor de la montaña. Viendo que la respuesta oficial es escasa, no se le ocurre venganza más sutil que publicar el estado de cuentas de la Comisión, que  además de él integran Trapero Pardo, Nazario Abel, Minguillón, Purificación de Cora y Antonio Díaz Carreira.

De esa forma nos enteramos que solo ha recibido 1.500 pesetas, 500 del de Foz y 1.000 del de Viveiro. Le han prometido dinero los de Lugo y Ourense, así como esas dos diputaciones. Los de Vigo, Ferrol, Pontevedra, Coruña y Santiago, así como las diputaciones del sur, quedan retratados en un artículo suyo como ingratos y tacaños.

Finalmente la Diputación de Lugo se hace cargo de la edición, pero solo de la obra D´o ermo.

También reúne un centenar de biografías de escritores de Viveiro bajo el título Un pueblo de escritores, que no hemos localizado y que podría haber quedado en proyecto.

Muere en Madrid el año 1997, treinta y dos después que su amada Julia, que a su vez era cuatro mayor que él.

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