Braulio Rodríguez Ferrán / Bayo

Un héroe espacial que come chocolate sarriano

Crea la tira cómica de Pelúdez para El Progreso y funda la agencia publicitaría Tándem

Braulio_Rodriguez_Ferran_Cromo.

 
UNA VEZ DESCUBIERTAS sus dotes para el dibujo, durante su juventud Braulio Rodríguez Ferrán se ofrece a El Progreso en un doble sentido, crear una tira cómica de cuatro viñetas con el personaje de Pelúdez como protagonista y realizar ilustraciones que pudiesen servir para los anuncios de diversas casas comerciales. Elige para firmar el seudónimo de Bayo, al estilo de muchos historietistas.

Y en efecto, el periódico acoge trabajos suyos en ambas direcciones. Durante 1951, ya en Madrid, salen las tiras de Pelúdez y una de las casas comerciales que se anuncia con un dibujo de Bayo es Talleres Revuelta, instalados en la calle Nóreas, 22, muy cerca de la sede del periódico.

Al mismo tiempo, en la capital colabora con la agencia CIES como ilustrador publicitario y lo compagina con trabajos en tebeos como Chicos, de Editorial Cid, con el personaje Guillermo; Diego Valor, patrocinado por Chocolates Matías López; Átomo Kid, de la famosa Toray, y El Caballero Sir Audax, de Editorial Andaluza, así como colaboraciones sueltas en 7 Fechas, OVNI y otras revistas.

Su mayor éxito popular es Diego Valor, del que dibuja 124 números. El equipo que lleva el personaje radiofónico de Diego Valor al cómic está formado por él _ la tinta _, por Enrique Jarnés, Jarber _el guión _, y Adolfo Álvarez-Buylla _el lápiz_. La popularidad alcanzada en toda España por el serial radiofónico de la S.E.R., aconseja su traslado al papel. 

En varias temporadas, éstas son algunas de las voces que pusieron en pie aquellos episodios de la primitiva ciencia ficción española: Eduardo Lacueva, Pedro Pablo Ayuso y Joaquín Peláez (Diego Valor), Juana Ginzo, Alicia Altabella y María Romero (Beatriz Fontana), Rafael Fúster (Portolés), Julio Montijano (Hogan), Mario Moreno (Lafitte) y Javier Dastís (Mekong), así como Fernando Dicenta, Daniel Dicenta, Encarnita Plana y María Jesús Cuadra.

    La empresa se lleva a cabo gracias a los sobrantes de la revista juvenil Chicos y pese a los inconvenientes que la precariedad del momento les impone, fueron capaces de realizar un proyecto que llenó de ilusión a los niños de la posguerra, todavía sin Capitán Trueno. Los historiadores del cómic considera que Diego Valor es la versión española de Dan Dare, dibujado en Inglaterra por Keith Watson, en quien se inspiran los primeros episodios. Será Jarber quien dote al personaje de personalidad hispana.

    El argumento se plantea cuando la Tierra ya ha conquistado la Luna y Marte. Sin embargo, el alimento escasea. Se organiza una expedición a Venus dirigida por el general Miranda, e integrada por el comandante Diego Valor, los capitanes Portolés, Hogan y Lafitte, y la ingeniero civil Beatriz Fontana. En Venus existen tres razas: los artiles, semejantes a los humanos; los verdes viganes, manejados por el cruel Mekong, que pretende dominar el universo, y los atlantes, descendientes de sus homónimos terráqueos. Diego Valor conseguirá derrotar a Mekong y establecer una pacífica alianza de todos ellos. Una alianza de civilizaciones en toda regla. 

    Tras los 1.200 capítulo diario de un cuarto de hora en la radio (de octubre de 1953 a junio de 1958), y varios cientos de cómic, con 125.000 ejemplares semanales, Diego Valor llega al teatro (1956) y de él se hace una serie de televisión (1958). En la radio y en papel, los protagonistas consumen el chocolate Svylka, de Matías López, un pionero caso de publicidad encubierta o de emplazamiento.

     Diego Valor también genera una serie de juguetes que son muy demandados por los niños, como la silla voladora del héroe, el palacio de Mekonta, su desintegrador, la perforadora volante y comunicadores walky-talky, cromos para Svilka, figuras de plástico y goma de los personajes, relojes y disfraces.    

    La serie de televisión estaba presentada por Blanca Álvarez, con los siguientes protagonistas: Ignacio de Paúl (Diego Valor), Pilar Arenas (Beatriz Fontana), Mario Moreno (Laffitte), Ricardo Tundidor (Portolés), José Manuel Martín (Mekong), Urbano Doufour (General Sandor), y también, Fernando Delgado, Serafín García Vázquez y Modesto Blanch.

    El resto de su carrera profesional la desarrolla como ilustrador y sobre todo en el ámbito de la publicidad. En 1961 se sabe que se había unido al equipo de la agencia publicitaria barcelonesa Danis, que tenía sedes en varios lugares de España. Allí trabaja junto a otros creativos publicitarios como Rafael Álvarez Díaz, Gonzalo Sainz de la Maza, Mariano Zardoya y Rafael Baladés. Precisamente a ese grupo de trabajo se unió el publicista José Luis Zamorano, con el que Bayo se asocia en diciembre de 1971 (junto a otros diez creativos) para fundar la nueva agencia Tándem. En este trabajo continúa hasta su jubilación.

    Muere en Madrid el 18 de agosto de 2001.

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