Antonio Sandar Blanco

Antonio Sandar, el mejor gaiteiro del Mundo Celta en 1964 

Su grupo, Os Amigos, consigue en una época ese galardón internacional y los más destacados de Galicia  

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El Progreso 26/07/2021
 
DURANTE EL SEGUNDO tercio del siglo XX existe en Vilacendoi (Bocamaos) una banda de música que goza de fama y prestigio para actuar allí y en los alrededores. El profesor de dibujo e ilustrador Xulio Gayoso le dedica un entrañable libro, una de cuyas imágenes figura en este cromo.

También los niños de Bueu llevan la banda de  Vilacendoi a una alfombra del Corpus en el año 2019, según el modelo de Gayoso.

El director y alma mater de aquella formación musical es José Sandar Torres, que también lo será de la inmediata, La Nueva Lira. 

José se casa el año 1916 en San Xillao de Bocamaos con Dolores Blanco Leiras, y son padres de Antonio Sandar Blanco (Lugo, 1918), nuestro personaje.

La música llena la infancia y la educación de Antonio,  de modo que se hace con una plaza de clarinete en la Banda Municipal de Lugo bajo la dirección del maestro Méndez.

Ya antes, cuando cumple el servicio militar en Madrid, organiza la Banda de Gaitas del Batallón del Ministerio del Ejército, que subsiste hoy como sección de gaitas de la Unidad de Música del Regimiento Inmemorial del Rey Nº 1, del Cuartel General del Ejército.

La gaita es su pasión y a ella va a dedicar sus mayores esfuerzos, dentro y fuera de la Banda, donde además de ser clarinete, también es maestro de ese instrumento.

Si su padre es su introductor en la música, quienes lo instruyen en el manejo de la gaita son Antonio Otero Lamas y Pío Rodríguez Puga, que será director de la Banda de Marina de Ferrol.  

En los años 1961 y 1962 acude a Ourense para participar en un concurso de cuartetos y sextetos, cuyos dos primeros puestos en 1964 son para dos formaciones de Lugo, Os Amigos, que ha formado él, y Os Montes. 

La formación clásica de Os Amigos en esos momentos la constituyen Antonio, Nemesio López López, gaiteiro de la Banda municipal y Carlos Méndez Ponte, caja y también gaiteiro desde los quince años. Ellos consiguen en Vigo el primer premio del Festival del Mundo Céltico, un título que en 1964 los aúpa como el mejor conjunto internacional del instrumento. 

Ya en 1963 habían sido segundos bajo otro nombre. Ganan 10.000 pesetas y una gaita de oro. También actúan en Portugal y en Salamanca.

Que son los mejores del mundo celta lo certifica el jurado y las cuatro mil personas que abarrotan el Palacio de los Deportes de Lugo con ocasión del Festival Internacional Folklórico. Sandar busca las piezas de mayor dificultad para incluirlas en su repertorio. Entre otras,  A Romería y Pinceladas de Galicia, de Benjamín Fernández Pazos, subdirector de la Banda de Lugo, y muiñeiras del propio Sandar. Eso sí, huyen de la Alborada, de Veiga, por ser tan popular y porque no la consideran de una difícil ejecución. 

Las partes fundamentales de una buena gaita, dice Antonio, son el pallón, la palleta y el punteiro. Después todo consiste en dosificar el aire para que salga siempre con la misma cantidad. En Lugo tienen a Paulino Pérez como mejor constructor. Ellos ponen el resto, que además de hacerla sonar bien, incluye entenderse con el compañero.

Al año siguiente se inaugura el monumento al gaiteiro de Santa Cruz, en Ribadeo. Antonio se presenta, pero no le favorece el jurado.

Durante 1967, Os Amigos repiten triunfo en Ponteareas, aunque ahora el grupo lo forman, además de Antonio, Nemesio, Jaime Prado y José Gorgoso. Ellos suspiran para que las fiestas de San Froilán recuperen el certamen de gaitas que antes era un número fuerte del programa.

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