Antonio Méndez Casal

La Prensa de toda España ha publicado notas encomiásticas de la labor realizada por un ilustre lucense, el ilustrísimo señor don Antonio Méndez Casal, que recientemente ha fallecido en Madrid. 

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El Progreso 18 enero de 1940

No hace mucho tiempo, con motivo de su ingreso en la Academia de Bellas Artes, desde estas columnas hemos hecho alusión a los trabajos realizados por el ilustre monfortino, que con un conocimiento profundo del Arte supo sacar a luz algunas joyas de arte que se guardaban en la ciudad del Cabe, entre las que figura el famoso cuadro de Van Der Goes, vendido al Museo del emperador Federico, de Berlín, y los dos del Greco que se exhiben en nuestro Museo provincial. 

A su fallecimiento, desempeñaba los cargos de presidente del Patronato del Museo nacional de Reproducciones y vicepresidente del de Arte Moderno, cargos a los que llegó por méritos propios, después de una labor gigantesca llevada a cabo en el libro y en la revista; en el diario y en la Academia, estudiando, el arte mundial y adquiriendo un sólido prestigio como crítico en el extranjero, dónde en repetidas ocasiones asistió a reuniones internacionales de arte representando a España.

 Actuó como miembro de varios jurados encargados de conceder distinciones artísticas y en todo tiempo fue su elogio el más deseado por los artistas españoles de las actuales generaciones. Pierde, pues, España con el fallecimiento del señor Méndez Casal uno de sus positivos valores  culturales, y pierde la provincia de Lugo uno de sus más ilustres hijos, que en todas las ocasiones demostró el afecto que sentía por su provincia natal.

El Museo Arqueológico provincial, que tanto apoyo obtuvo siempre del señor Méndez Casal, pierde a uno de sus más entusiastas protectores. El ilustre crítico de arte apoyaba con todo cariño la labor que en nuestro Museo se desarrolla y su cooperación, se dejó sentir en más de una ocasión, sorprendiéndole la muerte cuando abrigaba algunos proyectos en relación con dicho centro artístico. La Junta del Museo, reconocida a la labor en pro del mencionado Museo llevada a cabo por el ilustre lucense fallecido, ha tomado el acuerdo de hacerle figurar a la cabeza de la lista de sus protectores, y acordó asimismo celebrar sufragios por su eterno descanso. 

El Progreso, que se ha enorgullecido con los triunfos del señor Méndez Casal, se une ahora al sentimiento que en toda España ha causado el fallecimiento del destacado escritor, enviando a sus familiares el testimonio, de su condolencia.

Antonio del Castillo
Me entero de la proyectada venta del cuadro La Adoración de los Reyes que poseen los Escolapios de Monforte, y la noticia no me sorprende. Hace ya más de tres años que, visitando por primera vez el hermoso edificio que disfrutan en las orillas del Cabe, ellos mismos me manifestaron que el descendiente de las condes de Lemus, el actual duque de Alba y Berwick, se había ofrecido a terminar las incompletas obras del Colegio, que ascenderían a cien mil pesetas, si la comunidad les cedía el célebre cuadro. 

Cuantas veces visité Monforte otras tantas fui a contemplar tan magnífico lienzo y siempre lo vi en el mismo sitio, en un altarcito oscuro, a la izquierda de la nave, lleno de polvo y de lamparones de cera y siempre admirado a la luz de una vela que paseaba por delante del cuadro. 

Pertenece a la escuela flamenca más pura y es de autor desconocido. Alguien lo supuso de Rubens, con bastante desconocimiento de su factura y de sus obras, y la creencia popular sigue dándolo de Rubens; nuestro gran Murguia lo cree de Van Orley, pero parece ser por estudios recientes que de él se han hecho, que es obra del célebre Meanding y la obra mejor que salió de sus pinceles. En la daga que  cuelga del cinto de un personaje se leenlas palabras Pits Mloruc. pero no es de creer que se refieran a su autor, sino que sean un detalle del cuadro, en los cuales tanto se distingue la escuela flamenca. 

Está pintado en madera, no es pequeño, y por algunos sitios está saltada la pintura. Hace pocos meses, mi inteligente amigo Antonio Méndez Casal, lavó y refrescó con gran acierto el mencionado cuadro, que ahora resulta más bello: y me anunció la próxima visita de artistas holandeses que deseaban verlo y analizarlo. 

Su valor resulta hoy inestimable, y acaso, acaso no lo paguen las cien mil pesetas que ofrecen, con ser muchas pesetas.

Lo he visto confundido con el Greco que posee la misma comunidad. Éste, por ahora, no ha sido solicitado, pero no tardará mucho en serlo. Es, también muy hermoso; en juicio de Cosío muy ligero de factura y muy reseco: está firmado y es de la segunda época del Greco. 

Uno y otro, juntamente con una porción de cuadros buenos y malos que adornan las paredes del colegio, han sido regalo del doctor D. Rodrigo de Castro, arzobispo de Sevilla.

Respecto a! derecho que asiste a los Escolapios para venderlo, tengo entendido que no pueden alegar ninguno, pues no son propietarios ni del edificio ni de sus muebles, sino meramente usufructuarios.
 
Acaso se trate de un rumor sin fundamento, porque no es de presumir que una  Orden que se dedica a difundir la cultura publica por medio de la enseñanza se atreva a vender ¡as admirables joyas de arte que guarda el hermoso colegio de Monforte. 
   
Crítico de arte nado en Monforte de Lemos (Lugo) en 1883 e falecido en Madrid en 1940. Licenciado en Dereito pola Universidade de Santiago de Compostela, era tenente coronel do corpo xurídico militar. Ingresou na Real Academia de Belas Artes de San Fernando cun estudo sobre a vida do cardeal e arcebispo de Sevilla Rodrigo Osorio de Castro, creador do colexio dos escolapios de Monforte. Nesta institución, Méndez Casal descubriu o célebre cadro de Van der Goes A adoración dos Reis Magos, fixou definitivamente o nome do seu autor e a valía da obra. Adquirido logo polo Goberno alemán nun millón e medio de marcos, a obra antedita achegou os medios para a reparación do edificio. Foi designado para a presidencia do padroado do Museo de Reproducións e incorporouse á Xunta de Iconografía do Museo Nacional de Arte Moderna de Madrid, do que era vicepresidente no momento da súa morte.

Estudou tanto a arte clásica coma a contemporánea e preocupouse especialmente pola pintura galega da súa época. Entre outros, realizou traballos sobre os pintores Jenaro Villaamil, ferrolán, e Dionisio Fierros, galego de adopción con berce en Asturias. Colaborou con críticas de exposicións e certames en La Ilustración, La Esfera, Blanco y Negro, ABC e máis publicacións nacionais e estranxeiras. Levou ó prelo as seguintes obras: Genaro Pérez Villaamil (Madrid, 1901); Galicia y su arte contemporáneo (Santiago, 1925), conferencia; Exposición de retratos de niño en España. Catálogo general ilustrado (Madrid, 1925); Vicente López, su vida, su obra, su tiempo (Madrid, 1928), en colaboración con Manuel González Martí; La vida y la obra de José María Galván (Burgos, 1929); Sociedad Española de Amigos del Arte. Exposición 1932. Antecedentes. Coincidencias del arte de Goya. Catálogo-guía (Madrid), na que figura como autor da introdución; El renacimiento en Italia (Barcelona, 1936), tradución de Paul Schubring cun estudo orixinal sobre o renacemento italiano en España; e La industria artística compostelana (Santiago de Compostela, 1940), folleto.



El Progreso (18/05/19)

José de Cora

El gran quebranto museístico de Monforte 

Fue hace 90 años y hoy se celebra el Día Internacional de los Museos  
    
HOY SE CELEBRA el Día Internacional de los Museos y para mejor contribuir a su festejo se nos antoja el nombre de un puñado de lucenses cuya vida ha estado vinculada a alguno de los lucenses, privados o públicos, dentro o fuera de la Rede Museística Provincial. Son muchos y muy entusiastas.

Finalmente elegimos al erudito Antonio Méndez Casal (Monforte de Lemos, 1883), porque de esa forma recuperamos la tan controvertida venta del cuadro de la Adoración de los Reyes o Altar de Monforte, de Van der Goes, cuya salida de la ciudad del Cabe cumple en estas fechas los 90 años, si contamos desde el primer día en que se conoce tal posibilidad.

El episodio está considerado como uno de los mayores errores en gestión de arte de la historia española y una de las pérdidas museísticas más graves al margen de catástrofes y eventualidades.

Al crítico e historiador de arte Antonio Méndez Casal se le atribuye el honor de haber determinado que la Adoración era realmente un Van der Goes, aunque antes hubo otras opiniones en ese sentido, como por ejemplo la de Murguía.

En 1909, Antonio Santonja, superior de las Escuelas Pías que han recibido en usufructo el Colegio del Cardenal donde se encuentra el cuadro, expone al patrono de la institución, Jacobo Fitz James Stuart Falcó, duque de Alba, la falta de fondos para acometer unas reparaciones necesarias y la posibilidad de que la venta de la obra logre ese dinero.

El duque acepta y se inician las gestiones. Lafora, un anticuario español ofrece por él 300.000 pesetas. Es la primera cifra. El inglés Walter Amstrong certifica que se trata de un Van der Goes muy notable. Dice disponer de un presupuesto de 10.000 libras y reconoce que el cuadro vale mucho más, así que se retira. 

Sulley, otro inglés, y el profesor de la Universidad de Gante, George Hulin, suben la apuesta. Unos franceses llegan a las 40.000 libras, pero el asunto alcanza las fibras sensibles de los lectores y comienza una campaña que tratará de impedir la venta y/o la salida del cuadro de España.

Todo el mundo opina sobre el asunto. La Pardo Bazán, Amador Montenegro Saavedra, Sorolla, Romanones, Azorín... Se abre una recaudación, pública pero apenas se obtienen 70.000 ptas. 

Se pactan las condiciones en que ha de venderse con el ayuntamiento de Monforte, y hasta los ministros de Instrucción Pública, Faustino Rodríguez de San Pedro, y su sucesor, Julio Burell, tienen a bien ordenar al gobernador civil de Lugo que impida la salida del cuadro mediante el imperio de la ley.

El proceso se dilata y entramos en 1910 con la polémica encendida, pero he aquí que los escolapios mantienen los contactos y conocen el interés de los alemanes por quedarse la pieza. 

El intermediario, Walter Gretor, ofrece 1.180.000 francos por el cuadro, pues su deseo es que se una a otro del mismo autor existente en la actual Gemäldegalerie de los Museos Nacionales de Berlín. Vamos, que les iba bien para una sala. 

En complicidad con el Gobierno se intenta esconder la venta del público conocimiento y tan es así  que en mayo de ese año se finge una falsa subasta pública en la sede madrileña de los  Escolapios a la que solo acuden los alemanes. Se calcula que hoy el valor del cuadro supera los 50 millones de euros. Feliz día de los museos.

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