La Xunta ensalza en Baralla el trabajo del operativo antiincendios enviado a Ávila

Actuó en varios puntos y atajó uno de los focos tras ser alertado por los vecinos
photo_camera El director xeral de Defensa do Monte y el gerente de la Axega recibieron este miércoles en Baralla a los integrantes del dispositivo antiincendios de la Xunta desplazado a Ávila para colaborar en las tareas de extinción del fuego iniciado el sábado en Navalacruz. VÍDEO: XESÚS PONTE

El director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez, acompañado por el gerente de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), Marcos Araújo, ensalzó este miércoles la labor del operativo antiincendios enviado por la Xunta para colaborar en la extinción del fuego que afecta desde el pasado fin de semana a varias localidades de Ávila. 

Ambos recibieron en Baralla a los integrantes del dispositivo, que a lo largo de dos jornadas actuó en distintos puntos calientes del incendio y llegó a atajar uno de los focos tras ser alertado por vecinos de la zona. 

En concreto, la Consellería do Medio Rural desplazó a territorio abulense en la medianoche del domingo cuatro brigadas, dos agentes, un técnico y dos motobombas pertenecientes al Servizo de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais (SPIF) de Galicia. 

Por su parte, la Axega, dependiente de la Vicepresidencia primera, aportó un camión cisterna que se encargó de abastecer de agua las motobombas. 

Durante dos días de trabajo, el operativo gallego fue movilizado para intentar controlar el fuego en las localidades de Navalmoral y Navalacruz, donde se había originado el fuego el pasado sábado. 

En el marco de esta intervención, la cisterna de la Axega suministró 86.800 litros de agua a las motobombas del SPIF, pero también a dispositivos de intervención de otras comunidades que acudieron a extinguir las llamas.

El fuego iniciado el sábado en Navalacruz, que ahora está estabilizado, es el más grave de los registrados en lo que va de año en España, a la espera de poder realizar un balance. El cálculo provisional de la Junta de Castilla y León estima en al menos 12.000 las hectáreas de terreno carbonizado.

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