El viaducto de Castro se derrumbó por los efectos de una hidrodemolición y el agotamiento del hormigón

Los estudios elaborados reflejan que el fallo multicausal fue la causa del desplome y desde el Gobierno subrayan que las labores que se estaban practicando antes del suceso eran de "emergencia"
Obras en el viaducto de O Castro, en la A-6. CARLOS CASTRO (EUROPA PRESS)
photo_camera Obras en el viaducto de O Castro, en la A-6. CARLOS CASTRO (EUROPA PRESS)

La corrosión provocada por una mezcla de agua y sales fundentes que se agravó con la hidrodemolición que se estaba desarrollando en los vanos 1, 2, 3 y 4 en la calzada en sentido A Coruña y un hormigón deteriorado, a los que se une una notoria falta de mantenimiento adecuado, fue el cóctel que provocó el colapso del viaducto de Castro, en la A-6. Así lo explicó el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, durante la presentación de los dos informes provisionales que abordan las causas que llevaron al desplome del vano 3, el pasado 7 de junio, y del vano 1 nueve días más tarde, el jueves 16.

En más de media hora de rueda de prensa, Flores desgranó los antecedentes, los motivos y el futuro del viaducto de Castro. Comenzó insistiendo en que el Ministerio de Transportes (Mitma) trabajó "desde el minuto cero guiado por el diálogo, el rigor y la transparencia", para luego abordar el contenido de los informes preliminares realizados por MC2 e Ideam, ambos avalados por el Colegio de Ingenieros de Caminos y coincidentes en sus conclusiones.

En este sentido, los dos apuntan a que los trabajos de extracción del hormigón con agua a presión fueron "causa necesaria, pero no suficiente para justificar el derrumbe", explicó Xavier Flores, quien incidió en que una inspección especial realizada en abril de 2021 arrojó que "el viaducto estaba en un mal estado muy importante; había que actuar y no se podía no hacer nada".

Xavier Flores durante la rueda de prensa, a través de videoconferencia. S.I.
Xavier Flores durante la rueda de prensa, a través de videoconferencia. S.I.

MAL IMPERMEABILIZADO. En octubre de ese año arrancaban unas obras "de emergencia" que contemplaban la sustitución de unos cables "muy deteriorados por la ausencia de un sistema eficaz de impermeabilización" en todos los vanos y en ambos sentidos de circulación, además de la reparación de las juntas. Aquí fue donde se empleó la técnica de hidrodemolición que, en momentos puntuales, llegó a superar el espesor previsto de 75 milímetros, hasta situarse en los "110 o 130". Aún así, "la estructura tendría que haber soportado", indicó Flores.

En este punto entra en juego la degradación del material en el mamparo 2 de los vanos 1 y 3 "por encima de lo esperado", debido a las filtraciones a través de las losas de continuidad, que se sucedieron a lo largo de los 21 años de vida del viaducto, y a una falta de mantenimiento ajustado a las particularidades de la zona. Este era el "fallo oculto" que se barajaba un día después del primer colapso.

La suma del agua que, en escorrentía, se concentró en la parte baja del tramo —en contraposición a los vanos de aguas arriba, más protegidos— y la incidencia por la sal empleada durante las nevadas, hizo el resto.

SOLUCIÓN ADECUADA. Xavier Flores defendió en su intervención que la técnica empleada en la construcción de este viaducto fue la "adecuada". "Era de las mejores soluciones que había en su momento y, prueba de ello, es que se empleó a lo largo del mundo", añadió. Y dio fechas.

El próximo mes se prevé iniciar los trabajos de sustitución del tablero en el viaducto dirección Madrid, donde se mantendrán las pilas y cimentaciones. El nuevo tablero se ajustará a la normativa actual, sin juntas, con un interior transitable para personal y maquinaria y con redundancia estructural, para que "cuando algo falle, en lugar de caer, se distribuyan las tensiones", detalló Flores, además de matizar que la apertura al tráfico en ambos sentidos no se espera hasta "el segundo semestre de 2023".

Este proyecto tendrá un coste de unos 30 millones de euros que saldrán de "una bolsa de emergencias" de los Presupuestos. Algo más costarán las obras en el tramo afectado que, a su vez, es más largo —13 vanos frente a siete más dos de la calzada a Madrid—. En este caso, además, se mira al año 2024

Primero se realizará el desescombro y luego la sustitución del tablero —con características idénticas al de su gemelo— y la reposición de las pilas afectadas y las demolidas.

Para terminar, Xavier Flores también habló de lecciones aprendidas. Se refirió a la "humildad por parte de todos" y a un mayor esfuerzo en el mantenimiento de las infraestructuras. En este sentido, destacó que el Mitma invertirá el próximo año 1.548 millones de los PGE en conservación, un 5,2% más que en 2022 y casi el doble que en 2018. Además, advirtió de la importancia de poner el foco en las singularidades de cada zona y que "con un aviso, es suficiente".

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