Los secretos del subsuelo barallés

El concello de Baralla esconde bajo tierra decenas de enigmáticas cuevas que están rodeadas de mitos y leyendas. Se dice que algunas miden kilómetros y llegan a unir parroquias entre sí. En los próximos días Patrimonio dos Ancares inspeccionará tres de ellas en busca de restos arqueológicos que darían, si cabe, valor añadido al entorno

Vecinos de Baralla muestra la entrada a una de las cuevas.SEBAS SENANDE
photo_camera Vecinos de Baralla muestra la entrada a una de las cuevas.SEBAS SENANDE

CUENTAN LOS vecinos de Baralla que un enigmático mundo se esconde bajo sus pies. Una especie de laberinto de interminables pasadizos, repleto de mitos y leyendas, que conectaría varios puntos de la geografía local. Y es que el municipio esconde decenas de cuevas subterráneas repartidas por varias parroquias y nadie sabe si fueron gestadas por la propia naturaleza o por la mano humana.

Los más longevos recuerdan que las historias que las envuelven son interminables: refugio de guerra, guarida de brujas y otros personajes mágicos o escondite de tesoros son algunas de las utilidades que se les han ido atribuyendo a lo largo de los años.

Los baralleses aseguran que la existencia de estas cavidades es por todos conocida y ha suscitado el interés de los vecinos desde siempre. «Eu sempre escoitei que os soldados durante a Guerra Civil se escondían nelas», relata el octogenario Manuel Sánchez, oriundo del lugar, quien recuerda que hace un tiempo entró en una de las grutas, llamada Fosa dos Mouros, que se ubica en la aldea de Ferreiros. Se dice que esta gruta mide más de cuatro kilómetros y conecta con el núcleo de Pousada. «Ateime cunha corda a un árbore para entrar e ver o que escondía porque se dicía que unha vez un can entrou por unha das bocas e foi aparecer na outra parroquia. Sen embargo, non puiden chegar ao final porque era moi estreito e estaba moi escuro», dice.

Otro de los pasadizos se ubica en el castro de la aldea de Carballedo. Los vecinos comentan que en la croa de la construcción hay una entrada que comunica con la iglesia de San Martiño de Neira de Rei y que era usada «polos mouros para ir á misa».

Los vecinos recuerdan que cuando se construyó el tramo de la autovía A-6 que transcurre por el concello los expertos tuvieron que hacer varias catas para comprobar que el suelo no se iba a desplomar. «Nunca vin que vixiaran tanto unha zona. Ao estar todo cheo de furados tiñan medo de que non aguantase», indican.

PROSPECCIÓN. La riqueza de las cavidades es tal que se comenta que algunas tienen estalactitas y otras se emplazan en los terrenos de lo que en algún tiempo fue una mina romana. Por eso, para comprobar si además de la riqueza mitológica las cuevas albergan algún vestigio arqueológico, los miembros del colectivo Patrimonio dos Ancares inspeccionarán tres de ellas en los próximos días. «A xente contounos moitas historias e queremos comprobar in situ se hai algo dentro», explica Xabier Moure, presidente de la entidad. Los expertos acudirán a las grutas acompañados de espeleólogos, pues en la actualidad el acceso a la mayoría es muy complicado ya que están cubiertas de maleza o han sido tapiadas. «Se non sabes onde están, nin as ves», advierte Francisco Amado, otro vecino, mientras señala el pequeño hueco, de apenas unos centímetros, de uno de los accesos.

RUTA. Recientemente, el PSOE local propuso al equipo de gobierno la posibilidad de encargar un estudio para comprobar la accesibilidad de las grutas y diseñar una ruta para atraer visitantes. «Trátase dunha riqueza natural que temos e se podemos explotala para fomentar o turismo sería algo estupendo», comenta el portavoz socialista Jaime González.

El regidor, Manuel González Capón, mostró su disposición a desarrollar esta iniciativa. «Paréceme unha boa idea todo o que sexa poñer en valor os nosos recursos para que a xente veña a visitarnos», precisó.

El regidor puntualizó que espera encaminar el tema en los próximos meses. «O primeiro será traer expertos para comprobar o estado das grutas e despois barallaremos a posibilidade de aseguralas para poder abrilas ao público», indicó.

Los vecinos también se muestran entusiasmados con esta idea, no sólo por la posibilidad de dinamizar el municipio abriendo las cuevas al público, sino también por aclarar las incógnitas que durante años no han obtenido respuesta. Si el proyecto se hace realidad, saldrá a la luz lo que esconden estos pasadizos que componen el subsuelo barallés.

Catalina, punto de encuentro antaño

Algunas de las grutas que hoy están cerradas fueron usadas antaño como lugar de juegos por los niños del concello. Una de las más concurridas era la cueva Catalina, emplazada al lado del campo de fútbol municipal. El propio alcalde, Manuel González Capón, admitió que él también entró siendo un niño. «Era o punto de encontro de todos os cativos e alí pasabamos as tardes. Chegamos a percorrer centos de metros, pero nunca alcanzamos o final», explica. Recuerda que la gente comentaba que tenía una gran longitud, «varios quilómetros», e incluso se decía que llegaba hasta el río Neira.

«Todos os da vila que temos polo menos 60 anos entramos nesta cova para xogar», asegura el dirigente barallés.

3 metros
Marcos Calderón es otro de los vecinos que se adentró en la cueva. Recuerda que tenía forma de ele y era inmensa. «A entrada era baixa, pero según te ías metendo ía facéndose máis ampla ata chegar a tres metros», asegura el hombre, quien relata que llegó hasta un punto en el que no pudo avanzar más. «Estaba tapiada como se alAmado y Calderón, frente a la entrada tapiada de la gruta. 

 

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