Patrimonio dos Ancares halla veinte nuevas mámoas sin catalogar en Baralla

Su presidente asegura que es una de las "maiores concentracións tumularias" de la provincia tras las de Millarada y Santa Mariña
PHOT0007.JPG
photo_camera Xabier Moure. ARCHIVO

Integrantes del colectivo Patrimonio dos Ancares documentaron veinte nuevas mámoas en el municipio de Baralla, que no están recogidas ni en el Plan Básico Autonómico ni en el visor de Aproveitamentos Forestais, dos herramientas fundamentales para conocer los espacios arqueológicos sujetos a protección.

A la vista del número de enterramientos, el presidente de la asociación, Xabier Moure, aseguró que se trata de "unha das maiores concentracións tumulares da provincia de Lugo, só detrás das necrópoles da Millarada, en Cospeito, e do Monte de Santa Mariña, entre os concellos do Incio, Samos e Sarria". Por esta razón comunicaron el hallazgo de los restos a Patrimonio para su catalogación y al Concello de Baralla para su puesta en valor.

Próximas unas a otras, estas mámoas se encuentran en la Serra do Rañadoiro, entre las parroquias de Neira de Rei, Teixeira y Vilachambre. "Están distribuídas por unha penichaira situada a 900 metros de altitude", precisó Moure.

Los hallazgos se produjeron cuando varios miembros del grupo visitaron la zona para ver la única mámoa catalogada por Patrimonio en ese lugar con el fin de preparar una futura ruta. Una vez allí pudieron comprobar que la mayoría de las nuevas mámoas localizadas "atópanse en mellor estado ca catalogada".

Las dimensiones de estos enterramientos neolíticos, con una antigüedad que va de los 6.000 a los 4.000 años, oscilan entre los 13 y los 22 metros de diámetro. Su altura varía entre los 0,40 y los 1,50 metros. En uno de los túmulos se aprecian restos de un dolmen formado por grandes piedras.

Pese a que las mámoas se vieron alteradas por labores agrícolas y forestales, algunas de ellas recientes, Xabier Moure subrayó que "destacan totalmente na paisaxe, divisándose dende lonxe. Se ben a mesta maleza impídenos a súa confirmación, cremos que na zona pode haber outras dez medorras". Hace unos 30 o 40 años, según testimonios vecinales, "apareceron no sitio, ao menos, catro machados de pedra e, pola descrición que nos proporcionaron, unha aixola —peza de pedra puída— utilizada como elemento cortante", indicó Moure.

Comentarios