Miguel González Piñeiro asumió este miércoles la alcaldía de Baralla en una sesión plenaria extraordinaria para cubrir la vacante por fallecimiento de su padre, Manuel González Capón, que fue alcalde del municipio durante 32 años, y que será, para el nuevo regidor, "un espejo" en el que mirarse, según admitió en el discurso de investidura. Tanto es así que manifestó la voluntad de seguir sus pasos "y sacar adelante sus proyectos, porque la gente así lo pidió", afirmó.
Los numerosos asistentes que abarrotaron el salón de plenos, presidido por el alcalde de transición tras la muerte de Capón, Manuel Rodríguez Vilela, prorrumpieron en aplausos una vez pronunciado su juramento de la Constitución y acatado el cumplimiento de sus funciones.
Tras la ovación, González Piñeiro comenzó su discurso de investidura aludiendo a las "circunstancias que todos conocemos" y que le llevaron a asumir la alcaldía, en referencia al fallecimiento de Capón, hace apenas diez días.
A continuación, sus palabras fueron de "agradecimiento especial al pueblo de Baralla" por la "confianza" depositada en el equipo de gobierno, así como de compromiso con su nuevo cargo de alcalde, algo en lo que pondrá toda su "voluntad, esfuerzo y pasión", indicó.
González destacó que la del PP "fue la lista más votada y todo se hizo con normalidad", en relación a su llegada a la alcaldía
Aunque reconoció, en su mismo discurso, ser "un gran desconocido para los miembros de la oposición", manifestó su voluntad de "trabajar juntos por el bien común de Baralla", para lo que tendió la mano al PSOE y al BNG.
El colofón se lo dedicó a su padre, Manuel González Capón, a quien agradeció su "dedicación" y en quien reconoció un "referente" en su vida y un «espejo» en el que mirarse. En su memoria pidió un aplauso que fue secundado calurosamente por los presentes en la sala, entre los que se encontraba la presidenta provincial del PP, Elena Candia; el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro; el senador por Lugo José Manuel Barreiro, varios alcaldes populares de la provincia, y también la viuda de Capón, visiblemente emocionada, que abrazó a su hijo al levantarse la sesión.
RELEVO. La candidatura de González Piñeiro, que se estrenó en política en los pasados comicios como número tres de la lista popular, se consolidó tras la renuncia a la alcaldía en el mismo pleno de ayer de María Rosa Caloto, que ocupaba el número dos.
González fue investido alcalde con la mayoría absoluta otorgada por los siete votos del grupo popular municipal. Aunque los resultados electorales otorgaron al PP ocho escaños en los pasados comicios, tras el fallecimiento de Capón aún no se ha cubierto su acta de concejal, que ocupará Manuel Mourelos.
A la salida del pleno, González Piñeiro reconoció sentir "por un lado tristeza, por otro, alegría" con respecto a relevar el puesto que, hasta hace poco, había ostentado su padre, y en unas circunstancias "complicadas".
En relación a las suspicacias que para algunos despertó su nombramiento, González Piñeiro defendió que "la gente ha votado una lista, y se hizo todo con total normalidad. Los vecinos han hablado hace un mes, por eso no tengo nada que decir al respecto".
El portavoz del grupo socialista, Jaime González, valoró el nombramiento como "algo esperado, que a xente coñecía dende a pasada campaña, e polo tanto, lícito". Por su parte, el portavoz nacionalista, Xosé Manuel Becerra, indicó que seguirá "coa mesma liña de traballo dende a oposición, sexa quen sexa o alcalde".
"Miguel ía de terceiro nunha lista que obtivo un dos mellores resultados da provincia. Ademais, os compañeiros que a integran tamén o elixiron, e tiveron a última palabra, por iso non vou cuestionar nada que a lei permite facer", sentenció.
También valoró su elección al tratarse de "unha persoa nova, que coñece de primeira man os proxectos do equipo".
Homenaje a Capón. Candia, quien no dudó en arropar a Miguel González Piñeiro en su toma de posesión como alcalde tras las "circunstancias excepcionais" en las que se produjo este nombramiento, quiso "recordar ao anterior rexedor", del que destacó su legado, y ponerse "a disposición do novo, unha persoa que asume o cargo con total enteireza".
