Un voraz incendio calcinó el domingo por completo una vivienda de Vilabol, en la parroquia de San Pedro de Viladequinta, en As Nogais. En ella residía una familia de cinco miembros, que no sufrieron daños por el fuego, aunque uno de ellos tuvo que recibir atención médica por una crisis de ansiedad.
El fuego se desató poco antes de las once y media de la mañana y se propagó con tal rapidez que en pocos minutos ya afectaba a gran parte de las estancias de la vivienda y nadie podía precisar cuál había sido su origen. En la casa residía un matrimonio, sus dos hijos y otro familiar, que lograron salir ilesos del percance.
En cuanto se dieron cuenta de que había fuego en el primer piso, se preocuparon por liberar a los animales que tenían en las cuadras, situadas en el bajo, y lo lograron. Salvaron también algunos aperos de labranza, pero nada más. Las llamas les impidieron entrar de nuevo en su casa y no consiguieron sacar ninguna de sus pertenencias, que quedaron reducidas a cenizas.
El propietario de la casa se lamentaba de que había perdido, entre otras muchas cosas, toda la documentación que posee, tanto él como el resto de miembros de la familia. Cuando las llamas se acercaron a una bombona de gas butano que había dentro de la casa, el fuego se avivó de forma extraordinaria y el tejado se vino abajo. Fue entonces cuando propietarios, vecinos y efectivos de emergencias tomaron consciencia de que no había forma de salvar la vivienda.
Durante todo el día, efectivos de los bomberos de Sarria, GES de Becerreá y personal municipal de Pedrafita y As Nogais trabajaron para sofocar las llamas y enfriar las brasas, para evitar que el fuego pueda reavivarse. Todos coincidían en que la casa, que había sido restaurada hace poco tiempo, ya no es habitable.
El alcalde de As Nogais, Jesús Núñez, siguió desde el lugar los trabajos durante todo el día y avanzó que el Concello pondrá a disposición de la familia afectada un alojamiento por si fuese necesario. "Temos aquí ao lado a escola de Torés e poden instalarse nela cando queiran", apuntó.
No obstante, el domingo sobraban los ofrecimientos para acogerles. Los vecinos se volcaron para ayudar, tanto en las labores de extinción del fuego como en la atención posterior a los afectados.
