Hormigón de baja calidad y pilares diferentes del proyecto

Conservar algo de la estructura parecía misión imposible vistos los informes sobre las causas del colapso
Estado del puente derrumbado. MITMA
photo_camera Estado del puente derrumbado. MITMA

Los 30 millones que en su día se ahorró el Gobierno en la construcción del viaducto de la A-6 van a salir ahora muy caros. La rebaja de 120 a 91 millones en la base de licitación en el tramo Castro Lamas-Noceda, adjudicado por el Ejecutivo de José María Aznar a una Ute formada por FCC y ACS, apretó tanto los presupuestos que fue necesario ahorrarse algunas cantidades, entre ellas la destinada al contenido de cemento en el hormigón, que resulta "atípicamente baja", según un informe que explica las circunstancias del derrumbe (no el especial, el cual sigue solo en poder del Mitma).

Esa tara en el hormigón, sumada a la gran cantidad de agua que se filtró durante años, muchas veces además con el salitre empleado para combatir las heladas, aceleró la corrosión de los tensores y convirtió el puente en un problema. Ya se vio en 2013, solo una década después de su construcción, cuando se hicieron necesarias las primeras reformas al detectarse ya estos problemas, que se agravaron con el tiempo hasta hacerse necesario el cambio de los vanos. Y el resto ya se sabe: el colapso.

Pese a todo ello el Mitma propuso aprovechar parte de la estructura que quedaba en pie. Ahora se constata que la demolición debe ser total para garantizar la seguridad, al menos en ese punto, con la construcción de un nuevo viaducto.

Y es que lo que se iba a conservar, los pilares, también se reveló bastante complejo en el detalle de las causas. De forma textual, el documento de la empresa que elaboró el informe, MC2, define como "aspecto más reseñable" con respecto al colapso "el hecho de que la cimentación de la pila P2 (P11, según nomenclatura del proyecto original) del viaducto sentido A Coruña está registrada en la liquidación de la obra con cimentación directa y un pilote central, configuración muy poco convencional y técnicamente incoherente", finaliza el párrafo.

Añade que hay una "discrepancia" entre lo recogido en el proyecto y la posterior liquidación de la obra. Esa es precisamente la "incoherencia": en el primero se detallan cinco pilotes con cimentación profunda y luego la realidad es que solo se practicó uno central.

¿Y el resto del puente?

La duda pesa ahora sobre el resto de puentes de esa zona, o por lo menos sobre lo que quedará en pie de este viaducto, un tramo de varios metros situado al otro lado de un montículo de terreno. Esta parte, que se sepa por el momento, va a quedar con su configuración original.

Obras y corrosión
Los propios trabajos de reparación fueron los que propiciaron el derrumbe. De hecho, al poco de acabar los arreglos en uno de los vanos fue cuando se desplomó toda la estructura. Dentro, se observan síntomas evidentes de la corrosión del hierro.

Sin responsables
El Mitma apunta en sus informes los errores, pero no apunta responsabilidades.

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