"Se Cristina vén aquí recibireina como a calquera, ofrecéndolle o que teño"

El primo fonsagradino de Fernández de Kirchner cree que tuvo suerte al salir ilesa del atentado
Óscar Fernández, delante de su casa, en la que también vivió el abuelo de Cristina de Kirchner. SEBAS SENANDE
photo_camera Óscar Fernández, delante de su casa, en la que también vivió el abuelo de Cristina de Kirchner. SEBAS SENANDE

El intento de magnicidio que el pasado 2 de septiembre sufrió la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se vivió con sorpresa en la aldea fonsagradina de Mazaeda, de donde era originario su abuelo Pascasio Fernández y donde todavía reside Óscar Fernández, primo carnal de Eduardo, padre de la mandataria argentina. De carácter afable y sencillo, Óscar reconoce que nunca ha tenido contacto directo con su prima segunda –que todavía conserva derechos sobre una vieja finca de la familia– pero que si algún día se decide ir a visitar la casa de sus orígenes, "recibireina como fago con todo o mundo, ofrecéndolle e compartindo todo o que teño".

Basta cruzar un par de palabras con Óscar para darse cuenta de que lo que afirma es totalmente cierto. "Pasade á cociña e tomade un chourizo e un vaso de viño mentres falamos", esa es su invitación, sin habernos dado casi tiempo a presentarnos.

Con 88 años muy bien llevados, la sordera es de lo único de lo que se queja, en su memoria se entrecruzan recuerdos propios con los que le contaba su progenitor, "quen era o que realmente sabía a historia de todos os seus irmáns".

Óscar recuerda que su padre, Severino, era hermano de Pascasio, el abuelo de Cristina Fernández de Kirchner. Sobre la familia de su progenitor dice que eran "oito irmáns, naceran nunha pequena casa aquí no pobo, polo que a familia se coñecía como a do Caseto". Los hermanos acabaron dispersándose por medio mundo, "algúns á Arxentina, outros a Cuba... a verdade é que hai Casetos ata na lúa", ríe Óscar.

undefined
La casa natal de Pascasio Fernández, hoy en ruinas. XESÚS PONTE/ AEP

 

Este hombre, que se dedicó toda su vida a la agricultura, estuvo dos veces cerca de ver a la mandataria argentina. La primera fue en 2009 cuando recibió una llamada de la Casa Rosada. "Pasáronme con Néstor, o marido de Cristina que daquela era o presidente, e díxome que tanto el como ela querían que fóra a visitalos. Non fun porque daquela a miña nai estaba enferma e eu estábaa a coidar e agora, con 88 anos, xa non estou para viaxar", lamenta.

La otra ocasión fallida fue en 2011, cuando Cristina Fernández realizaba su primera visita oficial a España y desde el Consulado de Vigo llamaron a Óscar para informarle de que su prima intentaría desplazarse a Mazaeda, "pero ao final non puido vir", explica.

De los primos más directos que Cristina Fernández de Kirtchner tenía en Mazaeda "só quedo vivo eu, porque o outro está en Madrid", afirma Óscar.

No sin algo de socarronería, admite que tener una familiar presidenta "é unha casualidade" y abunda en que "no lugar adecuado todo o mundo pode chegar a ser calquera cousa. Fíxate en Felipe González, ninguén o coñecía e tamén chegou a presidente, e iso que estaba Carrillo", ríe.

Aún así, Óscar es rotundo, "o certo é que alguén ten que mandar, pero a min chégame co pouco que teño e ese traballo non o quero por moito que che poidan pagar". Sobre el intento de magnicidio que sufrió su familiar a principios de mes, es claro: "Menos mal que non o debía ter ben adestrado e lle saíu mal. Afortunadamente non pasou nada, Cristina tivo sorte".

Con su mirada alegre y perenne sonrisa, el primo de Cristina Fernández continúa viviendo y cuidando la casa de O Teso, que lleva 100 años en pie, "aínda que se reformou hai 30 anos". Sentados al abrigo de la cocina económica, Óscar recuerda que Pascasio "saíu por esa porta cando se foi para a Arxentina", aunque la casa natal del abuelo de Kirchner era otra, la de Choa, de la que solo quedan ruinas "e que é o "caseto" do que saíron os oito irmáns".

Comentarios