Alertan del abandono en Becerreá de cuatro toneladas de ruedas en dos ríos

Patrimonio dos Ancares dice que se acumulan enunos 1.500 metros de los cauces del Aira da Ponte y del regato de Penas. Reclama a Xunta, Concello y CH del Cantábrico que los retiren

photo_camera Dos de los neumáticos arrojados al río en Becerreá. EP

LUGO. Patrimonio dos Ancares denuncia el abandono «masivo» de neumáticos en dos ríos de Becerreá. Su presidente, Xabier Moure, estima que hay al menos cuatro toneladas de ruedas en unos 1.500 metros del Aira da Ponte y de uno de sus afluentes, el regato de Penas, y teme que en zonas menos visibles de esos cauces haya más. La asociación ya ha informado de ese vertido a Concello, Consellería de Medio Ambiente y Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

Moure dice que al revisar un kilómetro del cauce del Aira da Ponte y medio del de Penas comprobaron que «ao longo dos anos foron depositándose ducias de neumáticos de camións e tractores, e en menor medida de turismos».

Vincula estos residuos con la existencia en esa zona hasta 2005, año en el que fue clausurado, de un vertedero usado por concellos de la comarca y empresas privadas. «Se a maioría dos residuos eran depositados no sitio habilitado, os pneumáticos tirábanse polo monte abaixo, indo a parar aos ríos citados, que están a uns 250 metros de distancia», explica Moure.

El presidente de Patrimonio dos Ancares dice que cuando se clausuró ese vertedero, «os responsables obviaron os centos de rodas de caucho que terminaron nos cauces e que, debido á forza da auga, foron arrastradas río abaixo».

Según sus estimaciones, cada rueda de tractor pesa unos 200 kilos y las de camión, 50, por lo que calcula que en los tramos fluviales revisados hay esas cuatro toneladas de desechos. «E falamos só dos sitios visibles, xa que é imposible divisar moitas zonas do cauce debido á maleza e, ademais, moitos pneumáticos están enterrados baixo a auga», advierte.

JUNTO A LA VÍA XIX. Moure hace hincapié en que junto a esa zona degradada, «nunha espectacular paisaxe entre carballos», discurre el Camín da Antiga, «por onde pasaba a Vía Romana XIX». Critica que ese tramo de calzada romana «ofreza o triste espectáculo das rodas inzando o cauce».

Ve en esa acumulación de ruedas «un auténtico atentado contra o contorno, contaminado as augas limpas e o hábitat de varias especies». En ese sentido, recalca que las ruedas no son biodegradables y llevan goma galvanizada, acero y componentes como el azufre y el óxido de zinc, «altamente nocivos». Por ello, pide a los organismos competentes que limpien esos cauces y recuperen la zona.

Comentarios